Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


10 de febrero de 2011

BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE…


Martin Stendal

“Bienaventurados los que tienen hambre
y sed de justicia (o rectitud), porque ellos
serán saciados.”

Cuando entramos en el Reino de Dios, al aceptar el pacto a la manera de Dios y abandonar nuestros propios planes (cuando el dicho pacto es firmado por ambas partes) un deseo empieza a brotar dentro de nosotros para hacer las cosas bien y para que nuestras acciones correspondan a ese propósito.

Algo de los deseos, apetitos y pensamientos de Jesús empiezan a rebosar en nuestro ser, y empezamos a hacer lo que Dios quiere, porque eso es también lo que nosotros queremos hacer.

En la Biblia, Dios dice que Él quiere escribir Sus leyes en las “tablas de nuestros corazones.” (2 Corintios 3:3). El apóstol Pablo dijo: “Que la misma mente que estaba en Cristo Jesús esté en vosotros.” (1 Corintios 2:16). La vida cristiana no es una lista legalista de lo que se hace o de lo que no se hace, y que nosotros nos afanamos por tratar de observar con nuestras propias fuerzas. Ella es una relación dinámica, vibrante, encantadora con el Creador del Universo.

 Los deseos y concupiscencias del hombre viejo jamás pueden ser saciados (él siempre quiere más y más) pero el hombre nuevo “será saciado con justicia.” Aquí tenemos el mensaje fundamental del arrepentimiento y de la fe que es la gracia de Dios obrando en nosotros (ver Efesios 2:8) pero, también requiere de algo de nuestra parte.

Sabemos que luchar por los problemas de la vida con nuestras propias fuerzas no es la respuesta. Por otra parte, si sólo nos sentamos y no hacemos nada, esperando que Dios lo haga todo por nosotros, algunas veces nos sentiremos desilusionados, pues no parece que se haya hecho nada.

¿Qué vamos a hacer? Yo luché con esto durante varios años. Muy dentro de mí sabía que había algo que le faltaba a mi experiencia cristiana. Lo mismo que también parecía que faltaba en muchos miembros de las iglesias a las que yo había estado asistiendo. ¿Qué era eso? ¿Están ustedes empezando a tener una visión de la increíble estructura y del entendimiento entre la causa y el efecto que hace del Sermón de Jesús una obra maestra?

Rescate su Familia - Martin Stendal

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry