Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


8 de agosto de 2011

EL PROGRESO DEL PEREGRINO



Juan Bunyan
Juan Bunyan, autor de El Progreso del Peregrino, nació el 30 de noviembre de 1628, en Elstow, Inglaterra. Era de oficio hojalatero. Por dos años sirvió de militar, durante la guerra civil de aquella época. Fue hombre tan blasfemo que en cierta ocasión una mujer de vida liviana protestaba que le hacía temblar al oírle, y que el era el más impío en eso de blasfemar que en su vida había visto, y que su conducta en este punto era lo suficiente para pervertir la juventud de toda la villa.
Pero un domingo, según el cuenta le pareció que oía una voz en su alma que le decía: "¿Quieres dejar tus pecados e ir al cielo o te quedas con tus pecados y te vas al infierno?" La impresión que le causó esta voz, como del cielo, fue profundizada al oír la conversación de unas mujeres piadosas que sentadas en una puerta platicaban de la salvación y la gracia de Dios.
Bunyan se acercó para escuchar. Pronto se dio cuenta de que la conversación estaba muy por encima de su capacidad, y tuvo que oír sin tomar parte en ella. Las señoras se movían en un mundo que era, para él, muy desconocido; hablaban de nuevo nacimiento de lo alto; contaban de cómo Dios había visitado sus almas con su amor en Cristo Jesús; y recordaban palabras y promesas que les habían animado y fortalecido. Hablaban, dicen Bunyan, como si la alegría misma les obligara a hablar, y con un lenguaje bíblico tan placentero y con tal apariencia de gracia en todo lo que decían, que parecía que habían descubierto un nuevo mundo para el cual el se sentía del todo incapacitado. Estaba humillado.
Estas mujeres pertenecían a un grupo de doce creyentes en Cristo que formaban la iglesia de Bedford. Después de convertido, Bunyan fue admitido en esta iglesia y en el registro su nombre es decimonono. No tardó en darse a conocer como predicador y desde entonces la predicación fue su principal inspiración. Para algunos era muy grata su predicación, pero otros solo esperaban la ocasión para tapar su boca y, encarcelarlo, pues la Palabra de Dios que anunciaba era opuesta a las ideas erradas de los hombres acerca de la salvación. El 12 de noviembre de 1660 estaba predicando en una granja al sur de Bedford cuando fue arrestado.
Quedó preso en la cárcel de Bedford doce años. Estando otra vez en libertad, los hermanos de Bedford adquirieron un terreno en el cual había un granero, que sirvió a Bunyan para casa de reuniones todo el resto del tiempo que vivió.
Murió Bunyan el 31 de agosto de 1688 de una fiebre causada por las fuertes lluvias por las cuales atravesó en un viaje de predicación a Londres. Uno de sus amigos, que lo cuidó durante su enfermedad, dice que soportó sus sufrimientos con mucha constancia y paciencia; y no expresaba otro deseo que se transportado con su Salvador Jesús, considerando también en este caso la muerte como ganancia, y la vida solo como una constante y cristiana paciencia, entregó su alma en las manos de su misericordioso Salvador, siguiendo a su Peregrino desde la ciudad de Destrucción a la nueva Jerusalén.
Uno de sus contemporáneos escribe de el: "Su fisonomía era grave y formal, y así era su vida: descubierta hasta lo más profundo de su corazón, dando ánimo a los creyentes y excitando al arrepentimiento a los que no temían a Dios". "El Progreso del Peregrino", el más conocido de los 60 libros que escribió Juan Bunyan, fue dado al público en 1678, habiendo sido escrito en la cárcel, como el mismo autor nos dice. Ha sido traducido en más de cien distintos idiomas y ahora se lee con mucho provecho en todas partes del mundo. A parte de la Biblia, no hay libro que haya tenido tan gran circulación como la alegoría escrita por el hojalatero convertido, mientras estaba preso por haber predicado a Cristo. Por unos cuentos años le cerraron la boca en la cárcel, pero por más de tres siglos ha sido oído su testimonio por medio de sus escritos y es por millones de almas.
El Progreso del Peregrino -  Juan Bunyan

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry