Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


30 de mayo de 2012

ELEMENTOS UTILIZADOS EN EL REFINAMIENTO


John Bevere

No es la unción la que hace de una persona un hombre de Dios, y sí su carácter. "En lo cual vosotros os alegráis, aunque, en el presente, por breve tiempo, si necesario, seáis contristados por varias pruebas, para que, una vez. Confirmado el valor de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro perecedero, aún purificado por fuego, redunde en alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo" (1 Pedro 1:6, 7).

Pedro describe como las luchas y las tentaciones llevan a la refinación y a la purificación. Una de las definiciones de la palabra "contristados", lupéo en el griego, es angustia o aflicción, lo que nos lleva a afirmar que las angustias y las  aflicciones purifican nuestro corazón.

 "Sabe, sin embargo, esto: En los últimos días, vendrán tiempos difíciles (de angustia), pues los hombres serán egoístas, avaros, jactanciosos, arrogantes, blasfemadores, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, des afectuosos, implacables, calumniadores, sin dominio de sí, crueles, enemigos del bien, traidores, atrevidos, enfatuados, más amigos de los placeres que amigos de Dios, teniendo forma de piedad, negándole sin embargo, el poder.

Huye también de estos... Y, del modo por qué Janes y Jambres resistieron a Moisés, también estos resisten a la verdad. Son hombres del todo corrompidos en la mente, réprobos en cuanto a la fe; ellos, sin embargo, no irán delante; porque su insensatez, será a todos evidente, como también aconteció con la de aquellos.

Tú, sin embargo, has seguido, de cerca, mi enseñanza, procedimiento, propósito, fe, longanimidad, amor, perseverancia, mis persecuciones y mis sufrimientos, cuáles me acontecieron en Antioquía,  lconio y Listra,  que varias persecuciones he soportado! De todas, sin embargo, me libró el Señor.

Ahora, todos cuantos quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús serán perseguidos. Pero los hombres perversos e impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados " (2 Timoteo 3:1-5, 8-13).

No le parece que el texto bíblico describe los días de hoy?  Claro! Parece hasta el titular de un periódico cualquiera. Es triste, sin embargo, describe la situación de la Iglesia. En el inicio del texto el apóstol habla de tiempos difíciles, que en parte vendrán a través de impostores, que tienen apariencia de piedad, pero no tienen frutos.

Es bueno notar que la unción no es señal de la aprobación de Dios en la vida de una persona. Pablo exhortó a Timoteo a que imitara su estilo de vida. Él sabía que los frutos de la vida de Timoteo serían los elementos que llevarían adelante la misión y la unción que Dios había depositado en aquel joven.

Observe también que, aun realizando milagros y sanidades, Pablo no pedía a Timoteo que también realizara milagros, y sí que siguiera su ejemplo de carácter, validado por el fruto del Espíritu. "Pero el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio. Contra estas cosas no hay ley" (Gálatas 5:22, 23).

Una de las fuentes de angustia viene por parte de los impostores cuyo estilo de vida es descrito por Pablo en 2 Timoteo 3:2-4. Otra fuente de angustia viene por parte de personas fuera de la vida de la Iglesia; hombres inicuos que quieren imponer el sistema del mundo en la Iglesia.

Tales personas (los impostores) tienen una apariencia de piedad, como decimos en la Iglesia, pero son "gente que sólo tiene charla"; algunos hasta hacen milagros delante del pueblo.

El corazón de esas personas, sin embargo, no está en Dios, pero en sí mismos y en sus propios intereses. Pablo dijo que "todos cuantos quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús serán perseguidos".

La persecución es parte del proceso de purificación. Por parte de quien vendrán las persecuciones? De los impostores! Personas que viven en medio del pueblo de Dios. Es ahí que entran Janes y Jambres resistiendo a Moisés. Eran hombres de la congregación del Señor, y no extranjeros.

Pablo describe las muchas persecuciones y peligros que enfrentó, declarando que algunas de ellas vinieron por parte de los falsos hermanos (2 Co 11:26). Ese proceso de refinamiento, aunque no limitado a las aflicciones, puede venir por parte de personas que antes vivían en llena comunión con Dios y se alejaron. Una persona puede tener apariencia de piedad, expresarse bien (bueno de charla), pero su corazón no es sincero para con Dios.

  Vea el clamor de David:

"Me estremece en el pecho el corazón, terrores de muerte me asaltan; temor y temblor me sobrevienen, y el horror se apodera de mí... en efecto, no es enemigo el que me afrenta; si lo fuera, yo lo soportaría; ni es el que me odia quien se exalta contra mí, pues de él yo me escondería; pero eres tú, hombre mi igual, mi compañero y mi íntimo amigo. Juntos andábamos, juntos nos entreteníamos e íbamos con la multitud a la Casa de Dios. Yo, sin embargo, invocaré a Dios, y el Señor me salvará" (Salmo 55:4,5, 12:14,16).

Dios escogió a David, insistiendo a Samuel que lo ungiese como rey delante de toda su familia. Cercado por la gracia de Dios, David dejó el campo, donde era pastor de ovejas, yendo directo para la corte de Saúl. Al derrotar a Goliat en la guerra de Israel contra los filisteos, David ganó el respeto del rey y el derecho de casarse con la hija de Saúl. Tenía asiento privilegiado en la mesa del rey Saúl y vivía en el palacio. Además de eso, obtuvo la amistad de Jonatán, hijo del rey. Siempre que Saúl salía a la batalla, David lo acompañaba.

Mirando por ese ángulo, se imagina a David pronto para el trono. Todo lo que hacía, prosperaba. Era un hombre íntegro en el palacio y delante del rey, hasta que... el pueblo comenzó a elogiarlo comparándolo con Saúl. Cierto día, Saúl vio una multitud de mujeres cantando y celebrando la victoria de Israel contra los filisteos, y lo que oyó no le agradó.

Ellas "salieron al encuentro del rey Saúl, cantando y bailando, con tambores, con júbilo y con instrumentos de música... decían: Saúl hirió sus miles, David a sus diez miles" (1 Samuel 18:6,7).

Saúl reaccionó con ira y celos, mostrando quien él era. Él amaba David desde que este trajera ventajas para su reino, ahora, sin embargo, lo veía como una amenaza. Para proteger el reino, intentó matar a David. Tiró la lanza contra él, y después armó un ejército para perseguirlo por todo el país. Le persiguió durante dieciséis años, buscándolo de caverna en caverna.

David se preguntaba: "Pero en que falle?" Ser rechazado por Saúl debe haberlo dejado profundamente lastimado. Él, amaba y admiraba al rey Saúl, y con todo tenía que andar escondiéndose de él por el país .Dios usó la ira de Saúl para purificar el corazón de David.

Usted debe argumentar: "Pero Saúl también fue ungido por Samuel". Sí, él era el ungido de Dios. Sin embargo, la unción no es señal de aprobación divina.  

Acontece, sin embargo, que el éxito o el poder revela el verdadero carácter de las personas que no se dejan tratar ni ser purificadas. No es la unción la que hace de una persona un hombre de Dios, y sí su carácter.

Las Escrituras y la propia historia están llenas de ejemplos de personas que tuvieron éxito, pero, por que no poseyeron el carácter necesario, se cayeron. El carácter es el fruto del Espíritu, y este es cultivado, a diferencia de los dones, que son un presente de Dios! Lleva tiempo para cosecharse fruto de un árbol o de una planta.

Antes de la cosecha, la semilla tiene que morir, generar una nueva planta y crecer. Los dones, por otro lado, no crecen, son presentes de Dios que una persona recibe sin hacer esfuerzo.

No se engañe. Jesús dijo que por los frutos reconoceríamos a un hombre de Dios; no por los dones. El fruto del Espíritu es el sello de aprobación de Dios sobre una persona y no los dones del Espíritu.

En el desierto la persona es purificada y desarrolla su carácter. En la forja de la aflicción y de la persecución es que el siervo de Dios piadoso es forjado.

Romanos 5:3,4 dice:

"Y no solamente esto, pero también nos gloriamos en las propias tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia; y la perseverancia, paciencia; y la paciencia, esperanza". Tales cosas forjan al hombre de carácter aprobado. El sello de aprobación de Dios sobre David fue que este era un hombre según el corazón de Dios, no un hombre que buscaba el reino para sí! El rey Saúl nunca fue perfeccionado en el desierto; por eso, se hizo un hombre rudo e inseguro.

David pasó por el desierto de la aflicción y Dios usó al propio Saúl para dejarlo allá por un tiempo! Otro elemento que Dios usa para purificar sus siervos son los creyentes inmaduros o los miembros de la propia familia. Ese fue el caso de José.

"Israel amaba más José que a todos sus hijos, porque era hijo de su vejez; le hizo una túnica de colores. Viendo, pues, sus hermanos que el padre le amaba más que a todos los otros hijos, le odiaron y no le podían hablar pacíficamente. Tuvo José un sueño y lo relató a sus hermanos; por eso, le odiaron aún más" (Gen 37:3-5).

Los hermanos de José, que juntamente con él fueron los padres de las doce tribus de Israel, tenían celos de él. En su sueño, José a vio su padre, a su madre y a sus once hermanos postrándose delante de él. Cuando les contó el sueño, fue como si juntara combustible en el fuego! Sus hermanos salieron a pastorear el rebaño y, después de cierto tiempo, Jacob envió a José a sus hermanos para ver si todo estaba bien.

"De lejos lo miraron y, antes que llegara, conspiraron contra él para matarlo. Y decían uno al otro: Viene allá el tal soñador! Venid, pues, ahora, matémosle y lancémosle en una de estas cisternas; y diremos: Un animal salvaje lo comió; y veamos en que le darán los sueños" (Gn 37:18-20).

Sus hermanos tenían envidia de él e hicieron todo para impedir que se cumpliera lo que Dios le había prometido. No sabían, sin embargo, que ellos mismos estaban siendo usados como instrumentos de Dios para la realización de su proyecto. Fue esto lo que el Señor me dijo cierta vez: "Hijo, si usted fuera obediente, ningún hombre, ni aún el Diablo, puede impedir que mi propósito se cumpla en su vida. El único que lo podrá  impedir es usted!

"El mal que los hermanos de José proyectaran hacer, Dios lo usó como medio para llevar adelante su propósito! Y, de hecho, mientras comían sentados en el pasto, pensando lo que hacer con José, una caravana de ismaelitas pasaba de camino a Egipto. "Entonces, dijo Judá a sus hermanos:

De que nos aprovecha matar a nuestro hermano y esconder la sangre? Venid, vendámosle a los ismaelitas; no pongamos sobre él la mano, pues es nuestro hermano y nuestra carne.

Sus hermanos concordaron. Y, pasando los mercaderes madianitas, los hermanos de José lo alzaron, y lo quitaron de la cisterna, y lo vendieron por veinte siclos de plata a los ismaelitas; estos llevaron a José a Egipto" (Gen 37:26-28).

Llevado a Egipto, José fue vendido a Potifár, comandante de la guardia de Faraón. Pasó a ser esclavo en una tierra extraña! Dios le hizo prosperar, y él obtuvo gracia delante de su señor. Toda la casa de Potifár pasó a ser administrada por José.

Un día, sin embargo, la mujer de Potifár comenzó a codiciarlo, y buscaba un modo de tener relaciones sexuales con él. A todas las tentativas, José rechazaba, diciendo: "Como, pues, cometería yo tan grande maldad y pecaría contra Dios?" Sin embargo, la mujer de Potifár preparó una  estratagema para seducir a José. Sola con él en la casa, lo agarró y lo tomo por la fuerza para acostarse con ella. Él huyó, dejando su capa con ella.

Despechada, lo acusó delante de Potifár de que él había intentado violarla. Consecuentemente, Potifár busco a José en la fétida prisión de Faraón. José era quien protegía los bienes de Potifár, y por su fidelidad, lo había hecho prosperar.

Parece que, mientras más seguía a Dios, peor se quedaba. Indirectamente, la culpa era de sus hermanos que lo habían vendido para Egipto. Sus sueños parecían diluirse como la niebla al calor del sol. He ahí una oportunidad de quedarse amargado, culpando a sus hermanos por toda la vida. Eso duró de quince a diecisiete años! Toda esperanza de libertad había desaparecido. Cuando y como sus sueños irían a hacerse realidad? José, sin embargo, estaba siendo preparado como vaso útil en las manos de Dios.

Existen personas que ni pasan por situación semejante y dicen: "La culpa es de mi pastor, de mi familia, de mis amigos, etc. el llamado de Dios no se cumple en mi vida a causa de ellos. Y como Dios veía la situación de José?

"Delante de ellos envió a un hombre, José, vendido como esclavo; cuyos pies apretaron con grilletes y a quienes pusieron en hierros, hasta cumplirse la profecía acerca de él, y haberlo probado la palabra del Señor"(Sal 105:17-19).

Ese texto dice que fue el propio Señor quien envió a José delante de sus hermanos. Dios usó la ira de los hermanos de José para purificarlo, capacitándolo a cumplir el sueño que había tenido, y a ser el líder que salvaría a Egipto y a su propia familia de el gran hambre que vendría sobre la tierra.

Mientras estaba en la prisión, sufriendo, el Señor le habló al corazón. Necesito destacar una cosa importante: Usted no necesita buscar el desierto; Dios se encarga de llevarlo hasta allá. Y en el desierto es que usted es purificado. Vea lo que dice el Salmo 105:19: "hasta cumplirse la profecía acerca de él, y haberlo probado la palabra del Señor".

Dios puede haber dado a usted sueños y visiones sobre su llamamiento futuro; puede haber hablado a usted de los planes que tenía para su vida, y sin embargo, mientras más usted busca al Señor y obedece a su Palabra, más lejos de usted se quedan los sueños y las visiones.

Quién sabe si usted se quede observando a sus amigos subiendo de posición en el ministerio, o en otros ramos de la vida, mientras usted se siente cada vez más distante de los sueños que recibió de Dios. Usted hace todo lo correcto. Otros, a su alrededor, viven en la carne, no buscan al Señor, y parecen prosperar. Son siempre los primeros  que son promovidos.

Son ellos los que reciben las "bendiciones" financieras y ascienden socialmente. Otros se auto promueven usando lisonjas y manipulando a las personas. Actúan con deshonestidad, mintiendo y engañando, y aun así parece  que son "bendecidos" mientras usted continúa preso de las cadenas de Faraón. Cual su reacción con todo eso? Usted vive reclamando?

Vea lo que Dios dice: "Vuestras palabras fueron duras para mí, dice el Señor; pero vosotros decís: Que hemos hablado contra ti? Vosotros decís: Inútil es servir Dios; de que nos aprovechó que hayamos cuidado en guardar sus preceptos y en guardar luto delante del Señor de los Ejércitos? Ora, pues, nosotros decimos que son felices los soberbios; también los que cometen impiedad prosperan, sí, ellos tientan al Señor y escapan" (Malaquías 3:13-15).

Cuál es la reclamación de las personas? Ellas están diciendo: "No sirve servir y obedecer al Señor; la gente obedece y nada es correcto. Finalmente, estamos perdidos. Los impíos prosperan y nosotros, no" (paráfrasis).

Dios dice que ese tipo de reclamación suena a sus oídos como palabras duras dirigidas contra él. Para ser más claro, murmuración y contienda!

Dios está atento, buscando ver quién sólo quiere el beneficio y quien lo quiere de corazón. Usted tiene que decidir entre la bendición y el dueño de la bendición. Hay una diferencia entre bendiciones y bendiciones verdaderas. Algunas bendiciones no son duraderas, si su corazón no fuere correcto. Vea lo que el Señor hará a aquellos que se enorgullecen de las bendiciones:

"Ahora, o sacerdotes, para vosotros otros es este mandamiento. Si el que no oyereis y  no propusierais en vuestro corazón dar honra a mi nombre, dice el Señor de los Ejércitos, enviaré sobre vosotros la maldición y maldeciré vuestras bendiciones; ya las he maldecido, porque vosotros no proponéis eso en el corazón" (Mal 2:1, 2). Nuestra herencia no consiste de cosas terrenales o de posiciones.

Nuestra herencia es el propio Señor! Ezequiel 44:28 dice:

"Los sacerdotes tendrán una herencia; yo soy su herencia. No les daréis posesión en Israel; yo soy su posesión".

Las personas hoy, incluso los creyentes, miran sólo a la herencia material, abandonando su mirada para la verdadera herencia en los cielos. Y claro que muchas cosas materiales nos son dadas por Dios, pero no podemos actuar como el niño que está más interesado en el presente del papá que en la amistad de él.

Tengo tres hijos y tengo placer en darles presentes. Ahora, me quedaría triste si ellos sólo me buscaran a causa de los presentes que les doy. Observe lo que Malaquías dice:

Entonces, los que temían al Señor hablaban unos a los otros; el Señor atentaba y oía; había un memorial escrito delante de él para los que temen al Señor y para los que se acuerdan de su nombre" (Mal 3:16).

Las personas a las cuáles el texto se refiere no están a la caza de posición, de reconocimiento o de "cosas", son personas que quieren conocer al Señor; viven consumidas por el deseo de conocerle mejor. Usted hasta puede conversar con ellas sobre negocios y asuntos del día-a-día, pero el corazón de ellas arde por el Señor, y cuando usted menos espera, ellas están de nuevo hablando de la Palabra de Dios.

Esas son personas de quienes Lucas dijo: "Y dijeron uno al otro: Posiblemente, no nos ardía el corazón, cuando él, por el camino, nos hablaba, cuando nos exponía las Escrituras?" (Lucas 24:32) Son personas que anhelan las cosas del Espíritu, y suspiran consigo mismas:

"Todo lo que quiero es conocer al Señor. Quiero agradarle. Tengo hambre y sed de la Palabra del Señor. Quiero que Él se alegre en mí, pues Él es la fuente de mi alegría". Para tales personas, eso es lo que importa. Aman Jesús en primer lugar; no al ministerio. No les importa si están en lleno desierto o predicando delante de miles de personas.

Después de tanto análisis, es posible ver la diferencia entre Saúl y David. Saúl anhelaba el trono; David, al Señor! Ambos fueron probados, y la prueba reveló la verdadera intención de su corazón. Cuando Absalóm, hijo de David, conspiró contra el padre, usurpándole el trono, la reacción de David fue:

"Si Dios ya no quiere nada conmigo, que Absalóm reine, pero si él aún quiere que yo sea el rey, por descontado él hará que yo vuelva hacia Jerusalén" (2 Samuel 15:25; paráfrasis).

Vea cómo reaccionó Saúl en una situación parecida. A la menor sospecha de que David podría reinar, Saúl comenzó una persecución implacable contra él, y gastó más de diez años buscándolo con un ejército de tres mil hombres. Usé el término "gastó" porque nuestros esfuerzos son vanos cuando intentamos impedir que el plan de Dios se realice.

Saúl quería posición; nunca se interesó en conocer a Dios. Gastó la vida entera protegiendo las "bendiciones" que había recibido. Y es triste ver que, de hecho, Dios lo colocó en el trono, pero Saúl amó más lo que le fue dado que aquel que lo llamó.

Atente una vez más a lo que dijo Malaquías: "Había un memorial escrito delante de él para los que temen al Señor, y

Para los que se acuerdan de su nombre". El Señor busca personas que, aún en las épocas de sequedad y en lleno desierto, sean sinceras de corazón. Al encontrarlas, inmediatamente el Señor registra sus nombres en un memorial, pues lo que desean será concedido a ellas.

Sin embargo, como afirmamos anteriormente, la carne siempre limita la verdad, y se anticipa al espiritual que persigue la verdad. Mientras la verdad parece ir a lugar ninguno, Dios dice que él está escribiendo un memorial, o un libro de registro, pues tales personas tienen un encuentro con Él. Será el día cuando Él viniere a su templo para ser glorificado. Isaías 60:7 dice: "... y yo haré más gloriosa la casa de mi gloria".

Malaquías prosigue:

"Pues he ahí que viene el día y arde como horno; todos los soberbios y todos los que cometen perversidad serán como estopa; porque el día que viene los abrasará, dice el Señor de los Ejércitos, de suerte que no les dejará ni raíz ni ramo (Juan clamaba que el hacha estaba puesto a la raíz del árbol que no diera ese fruto).

Pero para vosotros otros que teméis mi nombre (estos son los que hablaban uno al otro sobre el Señor en los días difíciles) nacerá el sol de la justicia, trayendo salvación en sus alas (acuérdese de lo que dijo Oseas: “Venid y hagamos para el Señor, porque él nos despedazó, y nos sanará; hizo la herida y la vendará“); saldréis y saltaréis como terneros sueltos en la manada.

Pisaréis a los perversos, porque se harán cenizas bajo las plantas de vuestros pies, aquel día que prepararé, dice el Señor de los Ejércitos" (Mal 4:1-3). Observe la última parte del texto. Dios afirma que los que lo temen saldrán y pisarán los perversos, pues estos serán como grises bajo los pies de los justos. Hay dos cosas importantes aquí que se complementan entre sí.

En primer lugar, el Sol de justicia se levantará sobre los que sean purificados. El "Sol de la justicia" habla de nuestro Dios como "fuego consumidor". Isaías 60:1 dice: "levántate, resplandece, porque viene tu luz, y la gloria del Señor nace sobre ti". La gloria es el fuego consumidor que devora el orgullo y la iniquidad delante de Dios. Vea que el texto dice que la "gloria del Señor nace sobre ti". Por qué nace? El texto de 2 Corintios 4:6,7 nos responde:

"Porque Dios, que dijo: De las tinieblas resplandecerá la luz, él mismo resplandeció en nuestro corazón, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios, en la faz de Cristo. Tenemos, sin embargo, este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros".

Imagine la gloria de Dios habitando en vasos de barro! Y por qué su gloria no se manifiesta? Porque los vasos no fueron purificados. Usted recuerda de lo que hablamos acerca del  refinamiento del oro? Afirmamos que los vasos de oro purificados por Dios son transparentes. Malaquías dice, en estos dos capítulos, que el Señor vendrá a su templo como fuego y purificará a los que le temen. Después de purificados, el mismo fuego que los consumió brillará sobre ellos, y ahora, hechos vasos transparentes, la gloria del Señor consumirá el orgullo y la iniquidad a su alrededor.

En segundo lugar, necesitamos entender que nuestra lucha no es contra carne y sangre, pero si contra los espíritus de  maldad. Existe gente que trata de corregir el orgullo y la iniquidad en su vida a la menor señal.  Otros, sin embargo, rechazan el hacerlo. Aman el pecado, y por eso cuando el pecado es juzgado, ellos son juzgados con él. Hicieron opción por el pecado y no por el Señor!

"Hay camino que al hombre parece derecho, pero al cabo da en caminos de muerte" (Pv 14:12). He ahí por qué el Señor está enviando sus profetas antes que venga a juzgar la Iglesia: "...preparando el camino". Él dice que los inicuos serán pisados como grises bajo los pies de los justos! Grises son el residuo de algo que fue devorado por el fuego!

Vea lo que dice Isaías 4:3-6:

"Será que los restantes de Sión y los que se queden en Jerusalén serán llamados santos; todos los que están inscritos en Jerusalén, para la vida, cuando el Señor lave la inmundicia de la hija de Sión y limpie Jerusalén de la culpa de la sangre de en medio de ella, con El Espíritu de justicia y con El Espíritu purificador. Creará el Señor, sobre todo el monte de Sión y sobre todas sus asambleas, una nube de día y resplandor de fuego semejante de noche; porque sobre toda la gloria se extenderá un dosel y un pabellón, los cuales serán para sombra contra el calor del día y para refugio y escondite contra la tempestad y la lluvia”.

Eso es todo! Antes de que la gloria del Señor sea revelada en la Iglesia, el Señor la purificará de su inmundicia con El Espíritu de justicia y con El Espíritu purificador. Allí la Iglesia se hará un lugar de refugio, en este mundo, contra las tempestades del mal. Fue eso lo que aconteció con José. Veamos otra vez el Salmo 105:19: "Hasta cumplirse la profecía acerca de él, y haberlo probado la palabra del Señor".  José fue purificado, haciéndose un vaso útil para Dios.

Todas las impurezas fueron removidas por el Espíritu purificador. En un solo día, José salió de la prisión para el trono, por haber interpretado los sueños de Faraón. Él advirtió a Faraón de que habría siete años de abundancia, seguidos de siete años de hambre. Aquel mismo día, José se hizo el segundo hombre más importante de Egipto.

Cuando los siete años de abundancia terminaron, José había almacenado comida suficiente para enfrentar la grande  escasez. Dios le dio el conocimiento y la sabiduría necesarios para enfrentar aquella gran crisis.

Cuando nada más había para comer en su tierra, Jacob envió sus hijos a Egipto,  los mismos que habían metido a José en el foso y lo habían vendido a la esclavitud a fin de comprar alimentos. Si José estuviera amargado y airado, y no hubiera perdonado lo que le habían hecho, por descontado tendría ser vengado de sus hermanos.

Sin embargo, él se hizo un lugar de refugio para su familia. Oiga lo que él dijo a sus hermanos: "Dijo José a sus hermanos: Ahora, llegaos a mí. Y se llegaron. Entonces, dijo: Yo soy José, vuestro hermano, a quien vendisteis para Egipto.

Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os irritéis contra vosotros mismos porque me hayáis vendido para aquí; porque, para conservación de la vida, Dios me envió delante de vosotros. Porque ya hubo dos años de hambre en la tierra, y aún restan cinco años en que no habrá cultivo ni cosecha. Dios me envió delante de vosotros, para conservar vuestra sucesión en la tierra y para preservaros la vida por un grande libramiento. Así, no fuisteis vosotros que me enviasteis para acá, y sí Dios, que me puso por padre a Faraón, y señor de toda su casa, y como gobernador en toda la tierra de Egipto" (Gen 45:4-8).

En vez de vengarse de sus hermanos que lo habían vendido a la esclavitud, él los bendijo, proveyéndoles comida y techo. Venció el mal con el bien! La vida de sus hermanos fue transformada, y la iniquidad y la envidia fueron devoradas por el carácter de Dios que había sido forjado en la vida de José. En el caso de David, el fin fue diferente. Saúl murió bajo el juicio de Dios. Nunca se arrepintió, viviendo el resto de su vida bajo el manto de la decepción.

Es de admirar la reacción de David delante de la muerte de Saúl:

"Entonces rasgo David sus propias vestiduras, y así hicieron todos los hombres que andaban con él. Lloraron y ayunaron hasta a la tarde por Saúl, y por Jonathan su hijo, y por el pueblo del Señor, y por la casa de Israel, porque habían caído a espada " (2 Samuel 1:11, 12).

David enseñó a sus guerreros a cantar el Himno al Arco. Él nunca se regocijo por la muerte de aquel que antes servía a Dios, al contrario, lamentó la muerte de Saúl que lo había perseguido durante tantos años. Como pudo hacer eso? Era un hombre de corazón quebrantado, forjado en el horno de la aflicción. Un hombre purificado!

Si usted estuviese en medio de un horno y aquellos que deberían amarlo son los que más quieren hacerle sufrir, cuál sería su reacción? Defensa o ataque? Venganza o lamentación? Usted está dispuesto a dejar que Dios se vengue por usted? Está dispuesto a quedarse firme en el amor de Dios?

Sea como David, que dijo:

"' Se levantan inicuos testigos y me arguyen cosas que yo no sé. Me pagan el mal por el bien, lo que es desolación para mi alma. En cuanto a mí, sin embargo, estando ellos enfermos, mis vestiduras eran paño de secar; yo afligía mi alma con ayuno, y en oración me reclinaba sobre el pecho, me portaba como si ellos fueran mis amigos o mis hermanos; andaba curvado, de luto, como quien llora por su madre " (Sal 35:11-14).

Recuerden: "Bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis... no hagáis a nadie penas por las malas... no os venguéis  vosotros mismos,  pero dad lugar a la ira de Dios; porque está escrito: A mí me pertenece la venganza; yo soy el que retribuiré, dice el Señor.

Por el contrario, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; porque, haciendo esto, amontonarás brasas vivas sobre su cabeza. No te dejes vencer del mal, pero vence el mal con el bien " (Rm 12:14, 17, 19-21).

A Dios le pertenece la venganza, no a nosotros! Como José, tenemos que vencer el mal con el bien. No se vengue con amargura, falta de perdón, con luchas y divisiones. Revístase del amor de Dios, porque el amor cubre multitud de pecados!

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Victoria en el Desierto - John Bevere

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry