Davis y clark
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado. Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2ª Pedro 2:1-3)
Hay un gran problema entre los Cristianos hoy día porque la mayoría de nosotros no sabemos que en la mente de Dios hay una clara pared divisoria, una gran brecha establecida entre el reino de los Cielos (claro está, Su Iglesia) y los sistemas e inteligencia que hay detrás de los reinos de este mundo. Pablo escribió a los romanos, “Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:2-4).
En la Iglesia primera, cuando eran bautizados en la fe, el bautismo no era solo una señal externa de la creencia de ellos, de su confianza en Jesús y de su conversión en cristianos, sino que además, era una señal de que habían sido trasladados de la fidelidad a un reino, a la fidelidad de otro. Estamos muertos a las cosas de este mundo y vivos para Cristo y Su Reino solamente. Nada de este sistema mundial puede ser traducido o usado en el reino de Dios o viceversa. Hemos de estar muertos a uno y vivos para el otro.
En su libro, La Vida Cristiana normal, Watchman Nee dice: “Pero para llevarnos a Su Nuevo Reino, Dios debe hacer algo nuevo en nosotros”. Debe hacer de nosotros nuevas criaturas. A menos que seamos creados de nuevo, no podremos encajar en lo nuevo. “Lo que es nacido de la carne, carne es”, y “la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, como tampoco la corrupción puede heredar la incorrupción” (Juan 3:6;1ª Corintios 15:50). Por muy educada que esté, por muy llena de cultura, por muchas mejoras que tenga, la carne seguirá siendo carne. Nuestra aptitud para el Nuevo Reino viene determinada por la creación a la que pertenecemos. ¿Pertenecemos a la antigua o a la nueva creación? ¿Hemos nacido de la carne o del Espíritu?. Lo que es de la vieja creación jamás podrá pasar a la nueva..
“El mundo entero”, dice Juan, “está bajo el maligno” (5:19). El es el rebelde osmokrator, gobernador de este mundo, una palabra que, sin embargo, aparece una sola vez, usada en el plural de sus tenientes, “los gobernadores del mundo de esta oscuridad” (Efesios 6:12).Por tanto, hay un sistema ordenado, “el mundo”, que es gobernado desde detrás de la escena por un gobernador, Satanás. Cuando en Juan 12:31 Jesús declara que la sentencia del juicio ha sido pasada a este mundo, no quiere decir que el mundo material o sus habitantes son juzgados.
Para ellos, el juicio aún ha de venir. Lo que ahí es juzgado es esa institución, ese orden mundial armonioso del que Satanás mismo es su origen y cabeza. Finalmente, tal y como dejan muy claro las palabras de Jesús, es el “príncipe de este mundo” quien ya ha sido juzgado (16:11) y quién ha de ser destronado y “arrojado” para siempre.
El problema es que esta línea de separación se ha hecho casi imposible de distinguir, se ha borrado en las mentes de demasiados cristianos. El hombre piensa que puede tomar las mejores cosas de ambos mundos, usando los valores y los métodos del sistema de este mundo para a gloria de Dios. En ningún lugar hay una confusión mayor sobre el desprecio de Dios por las cosas del orden de este mundo que en elárea del marketing y de la comercialización.
Haran Mercaderia de Vosotros - Davis y Clark
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