Estephen E. Jones
Charles Fillmore,
fundador de la Iglesia de la Unidad, no sabía la diferencia entre el alma y el
espíritu. Siguió a la antigua idea griega de que la mente era divina. En otras
palabras, él creía que el alma era espiritual. Él se llamó a sí mismo un
"metafísico cristiano", pero la verdad es que él rechazó a Jesús como
un sacrificio por el pecado. Así Fillmore no estaba justificado por la fe en la
sangre del cordero. Por definición bíblica, él no era un justificado creyente
cristiano.
Para Fillmore, si un
hombre tiene una conciencia culpable, el problema no es que él pudiera haber
pecado, sino que tiene una conciencia diciéndole que ha pecado. La conciencia
de pecado es el problema, dice. Y así les dice a sus seguidores que se perdonen
a sí mismos, piensen positivamente, confiesen y afirmen su bondad y perfección,
y aprendan a manipular las leyes del dios impersonal para prosperar, aun en
pecado.
Como un no creyente,
Fillmore no fue guiado por el Espíritu; por lo tanto, su único recurso para
discernir el bien del mal era su conciencia -la voz de su alma. Rechazó incluso
esta, pues enseñó a los hombres a ignorar y destruir la voz de la conciencia
con el fin de evitar que él y sus seguidores se sintieran culpables. Pablo
predijo esto en 1 Tim. 4:1,2
1 Pero el Espíritu dice
claramente que en los postreros tiempos algunos se apartarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, 2 mediante la
hipocresía de mentirosos, cauterizados en su propia conciencia como con un
hierro candente.
Fillmore, y otros que
enseñan estas cosas hoy en día, están cumpliendo con esta revelación que Pablo
tenía con respecto a estos días. Por el contrario, Pablo dijo de sí mismo en
Hechos 24:16,
16 A la vista de esto,
yo también me esfuerzo para mantener siempre una conciencia irreprensible
delante de Dios y delante de los hombres.
Pablo no trató la
conciencia como una cosa mala que debe ser silenciada. Él la trató como una
parte del alma que debía estar en sujeción al espíritu. Cuando el alma da
testimonio del espíritu en todas las cosas, entonces realmente se convierten en
uno, como en una unión matrimonial. Cuando el alma ve el mundo exactamente como
el espíritu lo hace, entonces tienen la perfecta unión. De esta manera, la
separación del alma y el espíritu provocada por el pecado de Adán al comer del
árbol de la ciencia se supera. Alma y espíritu se vuelven a reunir como un solo
cuerpo, en pleno acuerdo y armonía. Creo que esta es la visión del problema y
también la solución establecida en la Escritura.
Babilonia - Estephen E. Jones,
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