Anónimo
En el libro de los Romanos, el apóstol Pablo inspirado por el Santo Espíritu nos enseña que el pueblo de Israel tenía celo de Dios pero no conforme a ciencia o conocimiento.
¿Por qué? Enseguida se nos da la respuesta. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios. Porque el fin de la ley es Cristo para todo aquel que cree. Ver Romanos 10: 1-3
Este es el resultado de la ley, que procuremos establecer nuestra propia justicia (la cual dice la escritura, es como trapo de inmundicia), que tratemos de presentarnos justos ante Dios mediante el esfuerzo propio, mediante obras propias, ritos, ceremonias, doctrinas y mandamientos de hombres, que lo que hacen es invalidar el mandamiento de Dios.
La justicia que es por la ley dice: Que el hombre que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Pero es imposible para el hombre en una naturaleza caída, torcida y corrupta, cumplir con la ley de Dios.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne, y por el pecado, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado condenó al pecado en la carne. Romanos 8: 2-3
¿Para qué? Para que la justicia de la ley fuera cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Romanos 8: 4
¿Qué es andar conforme a la carne entonces? Pues procurar establecer nuestra propia justicia mediante obras que son muertas y mediante ritos; y de esta manera ignorar la justicia de Dios.
¿Qué es entonces según este pasaje andar conforme al Espíritu? Sujetarnos a la justicia de Dios que es por fe y no por obras, desistir de nuestros intentos de perfeccionarnos por brazo de carne, por esfuerzo propio y creerle a él, que él lo hará.
Esto quita toda jactancia para el hombre y da toda la Gloria al Señor, pues no es por obras para que nadie se gloríe. La salvación es del Señor, no es una obra del hombre; no es del que quiere o del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque Dios encerró a todos en incredulidad (desobediencia), para tener misericordia de todos. Romanos 11: 32
La justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es para traer de lo alto a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver a traer el Cristo de los muertos.) Mas ¿qué dice? Cercana esta la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás salvo. Romanos10: 6-9
La justicia no se trata de subir al cielo, de un super esfuerzo para el hombre, no se trata de una cosa lejana; no, está cercana; se trata de creer y confesar; ya que es por fe, y Cristo es el autor y perfeccionador de la fe. Porque con el corazón se cree para alcanzar justicia; más con la boca se hace confesión para alcanzar salvación. Romanos 10: 10
Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo. Romanos 10: 13 El asunto es entonces ¿Cómo, pues invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
¿Y como predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el Evangelio de la paz, de los que anuncian el evangelio de lo que es bueno! Romanos 10. 13-15
Hoy hay muchos predicando un evangelio de lo que no es bueno, ya que no han sido enviados, lo hacen de cuenta propia, buscando el beneficio propio y las cosas del mundo. Predican un evangelio de adoración al dios baal, que es el dios de este siglo, el dios de la prosperidad; pero eso si, guardan ritos y ceremonias, tratando de establecer su propia justicia y desechando la de Dios.
¿De qué se trata el verdadero Evangelio? Miremos la escritura en el final de libro de Los Romanos.
La gracia del Señor nuestro, Jesucristo, sea con todos vosotros. Amén.
Y al que puede confirmarnos según mi Evangelio (Pablo lo podía llamar su Evangelio, ya que lo vivía, ya que estaba muerto así mismo y ya no vivía él, sino Cristo en él) y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio encubierto desde tiempos eternos, pero manifestado ahora, y por las escrituras de los profetas, por el mandamiento del Dios eterno, declarado a todos los gentiles, para que oigan y obedezcan por la fe. Romanos 16: 24-27
Hermanos El Evangelio del Reino, se trata de que por la gracia escuchemos la voz del Señor, para que muertos a nosotros mismos, obedezcamos por la fe y vivamos para él. No se trata de guardar ritos y mandamientos de hombres.
Mensajes de Paz - Anónimo
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