Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


20 de noviembre de 2011

MANDAMIENTOS VS TRADICIONES


George Davis y Michael Clark

Pablo habló del problema de mirar atrás, a las tradiciones establecidas y los credos como protección contra el error. En la superficie de esto parece que hay sabiduría.
¿Pero la hay de verdad? En lo natural, mirar atrás te hace que asumas una posición innatural. Si te quedas así un tiempo, tendrás dolor en el cuello y tu visión se nublará.

Dios nos creó para mirar y para caminar hacia delante. Por esto puso nuestros pies y ojos hacia delante. Nuestros pies irán con mayor facilidad hacia allí donde está nuestro enfoque. Si nuestro ojo está puesto en el blanco, olvidaremos las cosas que quedan atrás y avanzaremos hacia delante, dejando que el Espíritu de Verdad nos dirija a toda la verdad.

Cuando miramos atrás, aferrándonos a las cosas que nos dan reconocimiento, consuelo y sentido, nos paramos en seco en nuestro curso y cesa nuestro avance. Comenzamos a resistir al Espíritu que nos guiaba hacia delante y miramos atrás, al viejo orden religioso.

¿Seguiremos el ejemplo de Pablo o el de Pedro? Jesús desafió repetidamente todo lo que Pedro había aprendido previamente. Este Nazareno redefinió y arrancó todo lo que Pedro pensaba que era verdad segura y certera, incluso su confianza en su propia determinación.
Su vergonzosa negación de Cristo y la conversión que vino después le convirtieron en una humilde versión desnuda de su antiguo yo. Pedro había recorrido un largo trecho, pero aún no había asido. El Señor lo estaba llevando a toda la verdad.

En el libro de los Hechos, le vemos orando en un tejado, sin saber que otro evento divino estaba a punto de despojarle aún más de la parcialidad religiosa que le había retenido de una obediencia plena. Un grupo de gentiles venía ante la petición que Dios les había hecho de invitarle a su casa.

Se necesitaba una preparación para que Pedro pudiera cooperar con Dios en este esfuerzo. Este Judío genuino jamás había soñado con la posibilidad de ir en contra de la ley judía entrando en la casa de un gentil.
Conociendo su corazón, el Señor le habló por visión mostrándole un lienzo lleno de toda clase de animales inmundos, y ordenándole, “¡Mata y come!”

NOS CONFORMAREMOS CON LA VERDAD?


George Davis y Michael Clark

Para algunos será difícil recibir lo que estamos a punto de compartir. Lo único que te pedimos es que nos escuches completamente antes de sacar conclusiones precipitadas.
Pablo se incluyó a sí mismo cuando escribió, “conocemos en parte” (1ª Cor. 13:9), queriendo decir que todo lo que él mismo sabía y escribía era verdad parcial.

Con todo lo espiritual que pueda aparentar, nuestro conocimiento es imperfecto o incompleto y está sujeto a crecimiento o al desecho completo, dependiendo de la exactitud y precisión con respecto a toda la verdad de Dios. Pablo prosiguió diciendo, “mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará”. (1ª Cor. 13:10).

Las cosas completas dejan obsoletas a las cosas parciales. Ahora conocemos en parte, pero estamos en el camino que se hace cada vez más brillante, hasta el día completo de la verdad, en el que conoceremos como somos conocidos.

Cuando Jesús estaba preparando a Sus discípulos para Su partida, habló de una nueva relación con Dios por medio del Espíritu. Les habló de los cambios que sucederían en sus propias vidas para guiarlos hacia esa condición Espiritual en la que serían adoradores de Dios en Espíritu y en verdad. “Sin embargo, el Espíritu Santo abogado que Mi Padre enviará en Mi Nombre, Él os enseñará todas las cosas y os dotará con todo lo que Yo os he hablado” (Juan 14:26: Nuevo Testamento de los Discípulos, traducido de los Antiguos Textos Arameos).

El Espíritu Santo ha venido para guiar a los creyentes al pleno descubrimiento de todo lo que Jesús enseñó. Él quiere dotarnos con toda la verdad que ahora reside EN el Cristo resucitado.

Tenemos la tendencia a pensar que Jesús enseñó a Sus discípulos toda la verdad mientras estaba en la tierra. Ciertamente, todo lo que Él enseñó era verdad. “Las palabras que Yo os he hablado son Espíritu y son vida”, dijo Jesús (Juan 6:63). ¡Lo que Él les enseñó fue cierto, pero NO fue toda la verdad! Había muchas cosas que Él deseaba enseñar a Sus discípulos pero que ellos no podían recibir en ese momento.

ESCOGEREMOS LA VIDA?


George Davis y Michael Clark

Como sucedió con los gnósticos en los días de Juan, los líderes religiosos codician el poder sobre la gente y buscan ser los únicos dispensadores de la verdad. Esta “verdad” es determinada por el poder de su propio entendimiento e intelectos.

Como la gente en los días de Samuel, los seguidores religiosos desean un rey humano que gobierne sobre ellos y que haga el “trabajo de Dios” por ellos. Los muros de la religión encierran al pueblo y los mantienen ajeno al fluir gratuito del viento del Espíritu.

Los que abandonan estos muros de cárcel y van a Jesús fuera del campamento, llevando Su reproche, encuentran una mesa puesta por el Espíritu de la que los que sirven en el tabernáculo no tienen derecho a participar.
Las palabras de la Biblia no tienen la culpa. La culpa real está en los hombres que enseñan y aprenden de sus palabras sin ninguna vida divina ni luz que pueda proceder del Prometido, que desea guiarlos a toda la verdad.

Lo que un día estaba escrito como letra viva, animando a todos los que la leyeran a introducirse en las Aguas Vivas, se ha convertido en un libro de normas y pintorescas historias en las manos de los religionistas. Como sucedió el Huerto en un principio, el hombre caído de cualquier religión prefiere el árbol del conocimiento al Árbol de la Vida.

“Si Eva no hubiera deseado otro conocimiento que no fuera el de Dios, el paraíso habría seguido siendo la morada de ella y de su descendencia. Si los cristianos no hubieran deseado otro conocimiento sino que el surge solo de la inspiración del Espíritu Santo, la Iglesia habría sido un reino de Dios y de comunión de los santos hasta este día. Los Cristianos no habrían conocido a otro señor sino a Cristo, ni tampoco se habría considerado como medio de salvación posible ninguna otra cosa que no fuera la muerte al yo para que Cristo hubiera sido formado en nosotros, convirtiendo en hijos de Dios a los hijos caídos de Adán”.(William Law)

El que anduvo en medio de los siete candeleros de oro exhortó a la iglesia de Éfeso que habían abandonado el Primer Amor, “recuerda de donde has caído”. En Su discurso a estas iglesias (Apocalipsis 13), siete veces repitió Jesús las siguientes palabras, “el que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu habla a las iglesias”. Habían dejado de escuchar al Espíritu y teniendo comezón de oír, amontonaban maestros conforme a sus propias concupiscencias. (2ª Tim. 4:3).

Lo-que-un-día-había-sido-“CASA-ESPIRITUAL”-ofreciendo-SACRIFICIOS ESPIRITUALES” (lee 1ª Pedro 2:5), dependiendo completamente del Espíritu, se convirtió en una institución autodependiente, jactándose, “soy rico, lleno de bienes y sin necesidad de nada”.

Habían sustituido el caminar en el Espíritu con las cosas de este mundo, dejando a Cristo fuera de la puerta y llamando desde entonces. ¿Qué es lo que hace que los hombres piensen que la Palabra viva de Dios, Su propio Hijo, haya cesado alguna vez de hablar? Por la forma en que los hombres dirigen la iglesia hoy, pensarías que creen que “Dios está muerto” y que ahora todo depende de ellos.

La Biblia habla de Jesús como la Palabra de Dios, pero los hombres han escogido ignorar este hecho y llamar a la Biblia misma “La Palabra de Dios”. Esto es sintomático de lo que está matando a la Iglesia.

¡La verdadera reforma de la iglesia es la recuperación de la espiritualidad de la Iglesia tal y como Jesús la define! Cualquier cosa menos que esto no es reforma en absoluto, sino deformidad tomando un nuevo aspecto más grotesco aún. Como el cuerpo sin el espíritu está muerto, del mismo modo cualquier asamblea que no esté unida, que no viva ni sea dirigida en y por el Espíritu de Dios, está muerta para Dios y no puede tener comunión con Él ni adorarle.

Con esto en mente, consideremos la naturaleza espiritual de la Iglesia que Jesús dejó en la tierra y que Él mismo sigue edificando en la relación que tiene con Él, que es en Él mismo Espíritu . “Porque Dios es Espíritu, y los que adoran deben adorar en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Los semejantes se regocijan en sus semejantes. Solo el Espíritu puede adorar en Espíritu. Nadie puede clamar u orar a Dios como su propio Padre a menos que el Espíritu de Su Hijo los atraiga.

¿Escogeremos la Luz o La Vida? - George Davis y Michael Clark

LA MUJER EN EL POZO DE JACOB


George Davis y Michael Clark

Poco después del encuentro de Jesús con Nicodemo, Él y los discípulos estaban caminando cerca de una aldea samaritana llamada Sicar. En ese lugar, mientras los discípulos estaban en la aldea recogiendo alimentos, tuvo un encuentro con una mujer local que había venido de la aldea al pueblo para recoger agua. Fiel a la forma, Jesús hizo caso omiso de la Ley Judía y de las tradiciones, y comenzó a hablar con la mujer Samaritana mientras el Padre Le dirigía.

Inicialmente, esta mujer Le habló desde una perspectiva totalmente tradicional y mundana. Le habló de agua de este mundo, de las tradiciones de los judíos y de las enseñanzas de los padres judíos y samaritanos. Pero Jesús le contesta a cada punto desde la perspectiva celestial de Su Padre.

Ella hablaba de agua del pozo provista por el patriarca, Jacob. Él le habló de agua espiritual que podía ser suya, que fluiría desde lo profundo de su ser, y con la que nunca más volvería a tener sed. Entonces ella Le habló de la tradición de adorar a Dios en lugares fijos tales como el monte santo cercano o el templo en Jerusalén. A lo que Jesús respondió que estaba muy cercano el tiempo en que todos los hombres adorarían al Padre en el poder y la veracidad de esta misma agua viva que tenía poder para cambiarla, el Espíritu de Dios morando en ellos.

Los que adoran la tradición, siempre tendrán sed de aquello que solo puede satisfacer el caminar en el Espíritu.

La tradición había dicho que cuando viniera el Mesías, les declararía todas las cosas. Jesús le contó a esta mujer “todo lo que había hecho”. Pero en esos tres años y medio de ministerio, Jesús había revelado mucho más. Había revelado tanto que si hubiera sido escrito, ni el mundo entero podría contener todos los libros. ¿Cuánto más es esto cierto del Espíritu de Verdad que Jesús había prometido que nos guiaría a toda la verdad?

En todo este pasaje de Juan 4, vemos el contraste asombroso entre caminar en el Espíritu de la Verdad y caminar en las limitaciones de las religiones, las tradiciones y las interpretaciones que los hombres han hecho de las Escrituras. Uno es un río que lleva vida por dondequiera que fluye y el otro no tiene poder sobre el pecado y la muerte en su interior.

El resultado de este intercambio en el pozo de Jacob es un gran avivamiento en el que la aldea completa viene a escuchar a Jesús y cree en Él. Esto no volvió a suceder en ninguna ciudad judía, aunque Jesús hizo muchos milagros entre ellos, ¡incluso resucitando a los muertos! A veces, los que están más lejos de la “verdad”, están más abiertos realmente a escuchar la verdad que el Espíritu les está hablando en contraste con los que acampan alrededor de las Escrituras. Esto no debería ser así.

El hombre religioso ha codificado muchas de las palabras de Cristo y los apóstoles convirtiéndolas en rígidas doctrinas, normas y reglas que se han convertido en letra muerta. Los Judíos tomaron las palabras de Moisés y de los profetas que indicaban el camino hacia las aguas vivas del Espíritu y del Mesías, y se quedaron enganchados en las interpretaciones de la letra.Pasaron por alto al Mesías absolutamente.

Desde los días de los apóstoles, los “líderes” cristianos han estudiado las palabras de estos hombres y de Cristo y pasaron por alto su Fuente de aguas vivas. En su lugar, construyeron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

La mujer en el Pozo de Jacob- George Davis y Michael Clark

NO CONTAMINADOS CON MUJER


George Davis y Michael Clark

En Apocalipsis 14:45 leemos de un grupo a quienes llama “vírgenes… no contaminados con mujer.” Habiendo sido redimidos de entre los hombres, estos son una ofrenda de primicias para Dios y para el Cordero.

Son la Iglesia virgen que está en contraste con la fornicación espiritual de la iglesia apóstata. Se diferencian todavía más por las siguientes palabras: “Estos son los que siguen al Cordero por donde quiera que Él va”.

El grupo de las primicias sigue al Cordero, no a los hombres. A diferencia de la iglesia apóstata, estos tienen oído para lo que el Espíritu dice a las Iglesias. ¡Viven por el Cristo que habita en ellos y Le siguen! Han abierto la puerta a Cristo y Él ha venido a ellos y ha cenado con ellos.

Los que siguen al Cordero son como el viento y Le siguen por dondequiera que Él vaya. No están contaminados con mujeres. ¿Qué mujeres? No fueron contaminados ni se perdieron por la iglesia ramera y sus hijas, que “han hecho que todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación” (Apocalipsis 14:8).

No se han corrompido por el que dirige el intelecto y el poder del hombre carnal, cuya copa está llena de la sangre de los santos. Estas vírgenes son dirigidas por la vida interior y el impulso del Cordero. ¡Ellos constituyen la esposa del Cordero! Donde va el Cordero, ahí esta Su esposa, a su lado.

Mucho de lo que hoy día se llama “cristiano”, prefiere ser dirigido por su propia luz o entendimiento de lo que ha sido hablado o escrito en el pasado, en lugar de por Aquel que habla ahora. Recuerda las palabras de Jesús en el desierto, “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale [tiempo presente] de la boca de Dios.”

El autor de Hebreos emite una sobria advertencia:
“Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos” (Hebreos 12:25)

Si pudiéramos convertir a una ramera en una virgen simplemente llamándola virgen, entonces podríamos honestamente llamar a lo que no es dirigido momento a momento por el Espíritu de Dios, “la Iglesia”.

No contaminados con mujer - George Davis y Michael Clark

19 de noviembre de 2011

CUANDO EL ESPIRITU DE VERDAD VENGA


George Davis y Michael Clark

En cierta ocasión, estando enseñando a Sus discípulos sobre este nuevo orden, Jesús dijo, “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (el Espíritu de verdad), para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16). Después, Jesús siguió describiendo como el Espíritu estaría con ellos.

“El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (14:17). ¿Cómo podría venir y estar CON ellos cuando Él ya estaba viviendo con ellos? Venía una manifestación mayor del Espíritu, trayendo un conocimiento mayor de Jesús y del Padre. Él, el Espíritu de Verdad, estarían EN ellos para siempre.

Los dispensacionalistas quieren hacernos creer que esto fue algo solo temporal hasta la muerte de los apóstoles originales y el cierre del canon de las Escrituras. La razón más obvia para hacernos creer esto es que así justifican la condición desvalida de la Iglesia hoy día. El efecto más trágico es que los hombres, por precio, toman el lugar de Dios en las vidas de los demás como guías a la verdad.

Jesús continúa diciendo, “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.” (Juan 14:1820).

Cuando el Consolador enviado por el Padre haga Su residencia EN nosotros y no antes, conoceremos experimentalmente que Jesús está EN el Padre, que Jesús está EN nosotros y que nosotros estamos EN Él. Si Jesús no está con nosotros de esta forma, no estamos viviendo la realidad del Nuevo Pacto.

Las últimas palabras de Jesús en el evangelio de Mateo son, “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). La promesa de Jesús, “No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros” es cumplida cuando el Espíritu, enviado por el Padre, ya no está con nosotros, sino EN nosotros.

Este es el Espíritu de Adopción por el cual clamamos, “¡Abba Padre!”. Por no haber conocido su adopción, la iglesia,que una vez fue una maravillosa familia en Cristo, se ha convertido en un gigantesco orfanato espiritual, que promociona lo que Juan Carlos Ortiz llamó “la perpetua condición de bebé del creyente”.

Cristo vive EN nosotros y a través de nosotros por la morada del Espíritu. El conocimiento trino de Jesús, estando en el Padre, Cristo viviendo EN nosotros, y nosotros estando EN Él, puede solo puede realizarse en virtud de esa permanencia.

Pablo escribió: “Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en Mí. Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Jesús está con nosotros para dirigir, guiar y consolar a todos los que Le siguen. Esta es la vida y el aliento del verdadero Cristianismo. Él no mora en nosotros para que podamos llevarle con nosotros dondequiera que vayamos, sino para que Él pueda guiarnos desde dentro, por el Espíritu, a donde Él quiera.

Cuando el Espíritu de verdad venga… George Davis y Michael Clark

18 de noviembre de 2011

EL VIENTO SOPLA DONDE QUIERE


George Davis y Michael Clark

“El viento sopla de donde quiere y oyes su sonido, más ni sabes ni de donde viene ni a donde va. Así es con todo aquel que nace del Espíritu.” (lee Juan 3:710).

Al observar a la iglesia hoy, parece que nada haya cambiado realmente a lo largo de los últimos 2000 años. La misma mentalidad que paralizó a Nicodemo sigue paralizando a los Cristianos.

La soberanía del Espíritu sigue siendo un concepto de lo más desconcertante para los que dependen de libros de oraciones, homilías, y boletines dominicales que les digan qué orar, qué creer, qué decir y qué es lo siguiente que viene. Se horrorizan ante el mero pensamiento de que el Espíritu de Dios sople quiera o no quiera entre ellos, conforme a Su propio curso y tiempo impredecibles.

El entorno con el que estamos tan familiarizados es muy distinto de la Iglesia que fue llevada delante de los magistrados y potestades y que dependía únicamente del Espíritu para hablar por ellos y a través de ellos sin un pensamiento previo.

Cristo había prometido a estos creyentes indoctos, “Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.” (Mateo 10:1920).

Tenemos que apuntar aquí que los gnósticos, que afirmaban poseer un conocimiento más alto (gnosis) de Dios, estaban entrando y posicionándose como maestros de las masas indoctas.
Eran hombres muy preparados, que mezclaban el cristianismo con la filosofía griega, trayendo una escuela de mentalidad de Atenas entre los creyentes. A través de sus sermones platónicos, estaban usurpando al verdadero maestro y guía, el Espíritu Santo.

Esto fue una amenaza que no se desvaneció de la noche a la mañana, porque incluso Tertuliano, del Siglo II, preguntó, “¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén? Todavía tenemos que recuperarnos de este elitismo.

8 de noviembre de 2011

UN LLAMADO A LA VIDA


George Davis y Michael Clark

Pocos negarían que las denominadas iglesias de hoy día, están notablemente lejos de la Iglesia de hace 2000 años, que puso el mundo al revés por el poder de Dios. Esta discrepancia ha dado lugar a unos amplios discursos y escritos sobre la reforma de la Iglesia, con la esperanza de recuperar la dinámica que ésta ha perdido.

Hay un problema principal en todo esto. La mayoría de estas enseñanzas y escritos se basan en la suposición de que si encontramos el patrón correcto, o el régimen correcto, experimentaremos la vida y el poder que conocieron los primeros creyentes.
Esta mentalidad de “campo de sueños”, “edifícalo y vendrán” es el típico ejemplo del carro que empuja al caballo.

Creemos que la cristiandad ha elevado el conocimiento de cabeza del mundo (la letra), hasta un lugar que ha usurpado el conocimiento experimental de la Palabra viviente (Jesús). Las palabras de Jesús a los fariseos suenan hoy tan verdaderas como siempre:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.” (Juan 5:3940).

Cualquiera que utilice la Biblia como un libro de normas, no comprende el propósito divino de la Escritura. “El Testimonio de Jesús es el Espíritu de la profecía”. Sea cual sea nuestra doctrina, si no nos dirige a un conocimiento íntimo de Cristo, pierde el objetivo de Dios completamente. Las Escrituras fueran escritas para que podamos “creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”, y para que creyendo, podamos “tener vida en Su nombre”.

Las Escrituras apuntan a Jesús, y sin embargo, que triste que muchos rehúsen venir a Él. No podemos encontrar evidencia de que Jesús enseñara a Sus seguidores a vivir estrictamente conforme a un libro de reglas. Lo que si dijo es que Dios dio las Escrituras del Antiguo Testamento para traer al lector a Él mismo.

Del mismo modo, los Evangelios y las Epístolas no son libros de normas por las que intentamos de forma independiente y sistemática, acercarnos a Dios por nuestros propios méritos. Son testigos de Él, por cuya sangre somos aceptos en el amado.

Cristo es la sustancia de la que testifican las Escrituras. Las Escrituras son un espejo que refleja Su imagen. Fueron dadas para verificar la existencia y la realidad de una Persona y para llevar a los lectores a dicha Persona.

¿Debemos estudiar las Escrituras? ¡Absolutamente! El problema no es el estudio de las Escrituras sino la creencia errónea de que ellas son la Fuente, el pozo de la vida. Las Escrituras son un testimonio, y como todo buen testimonio, no testifican de si mismas, sino de que apuntan al que es la Fuente de la vida. Agradó al Padre que toda la plenitud habitara en Cristo, el Hijo (Colosenses 1:19). La Luz está en la Vida.
El que tiene al Hijo tiene la Vida. ¡Lo sabremos SI proseguimos en el conocimiento del Señor!

Lo que hoy día se denomina a sí misma iglesia, es claramente una trasgresión de la misma naturaleza de Dios, por el hecho de proseguir en el pecado de rehusar vivir tan solo a través de Su vida. Pablo exhorta:
“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gál. 5:25).

A toda la verdad – M.Clark y G.Davis.

7 de noviembre de 2011

LA GRAN MENTIRA


George Davis y Michael Clark

Satanás ha fabricado una red de mentiras para asustar a los creyentes. Él ha marcado a los que siguen al Espíritu como místicos, fanáticos y “tan centrados en el cielo, que no sirven para nada en la tierra”.

Muchos de los sabios maestros de la cristiandad hoy día se comportan como si las palabras de Pablo en 2ª Corintios 3:6 dijeran: “El Espíritu mata, pero la letra da vida”. Constantemente dan advertencias sobre los peligros de ser dirigidos solo por el Espíritu de Dios.

Dicen que desde el cierre del canon de las Escrituras, Dios ya no nos habla más directamente por Su Espíritu, sino que lo hace por medio de la Biblia solamente. Con tal lógica, han creado con gran éxito una religión tan protegida del Espíritu y del poder de resurrección de Dios como la que crearon los Saduceos.

SI dices que Dios te hable por Su Espíritu, te miran como si estuvieras poseído por un demonio, o si tienes suerte, como si estuvieras en rebelión. Esto es especialmente así si lo que escuchas no encaja con la oficialidad. Cuando arrojas las perlas del Espíritu delante de hombres de esta clase, no solo trataran de pisotearlas en el lodazal de la doctrina de iglesia, sino que lo más probable es que también intenten hacerte trizas.

Un pastor dijo que tenía un auténtico problema con los que decían, “Dios me dijo esto o aquello”, porque “no estar de acuerdo con ellos es no estar de acuerdo con Dios”.
Puede que haya más verdad en esto de lo que él mismo podía apreciar. Los que lleguen a conocer la verdadera reforma de iglesia, deben vencer esas mentiras y vencer sus temores de ser guiados por el Espíritu en lugar de por las tradiciones y opiniones de los hombres.

Los abusos de esos individuos que profesan que el Espíritu los dirige cuando en realidad están siendo guiados por sus propios deseos, complica todo este asunto de forma tremenda.
Recuerda que cuando Jesús estaba siendo guiado por el Espíritu, puso Su vida en obediencia al Padre en el camino de la cruz. Cuando Pedro intentó disuadirle de caminar por este sendero, Jesús le respondió: “¡Apártate de Mí, Satanás! Porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las cosas de los hombres.”

El que es una piedra de tropiezo para los que siguen el impulso interno del Espíritu de Dios, aún pensando que está salvándolos al oponerse, habla por Satanás, no por Dios.

EL HUMANISMO

Paris Reidhead

Con el propósito de comprender lo que el humanismo implica en el siglo XX necesitamos irnos cien o ciento cincuenta años atrás. El Espíritu Santo había sido derramado con poder sobre ciertas porciones de nuestro país, y de pronto, vino un abierto ataque a nuestra fe, desde Europa, por medio de tremendas críticas.
Darwin acababa de postular su teoría de la evolución, y algunos filósofos la adaptaron a sus filosofías y los teólogos la aplicaron a las Escrituras.

Así que, podemos marcar el inicio de un ataque frontal en contra de la Palabra de Dios, alrededor de 1850. Satanás siempre la había estado atacando insidiosamente; sin embargo, en ese momento se abrió la temporada de caza sobre el Libro, una temporada de caza, franca, sobre la Iglesia.

En ese tiempo, Voltaire llegó a declarar que viviría para ver cuando la Biblia se convirtiera en una reliquia que solo se encontraría en museos, pues sería totalmente destruida por los argumentos que estaba presentando con tanto ahínco en su contra.

¿Y cuál fue el resultado de ese ataque?, que el humanismo se convirtió en la filosofía de la-época.-Se-podria-definir-al-humanismo-de-la-siguiente- manera:
El humanismo es una declaración filosófica que establece que el fin de todo lo que existe es la felicidad humana; que la razón de la existencia del hombre es la felicidad.

Ahora bien, de acuerdo con el humanismo, la salvación solo es un asunto de obtener toda la felicidad que se pueda.

Si uno es influenciado por alguien como Nietzsche, quien dice que la única verdadera satisfacción en la vida es el poder; que el poder se justifica a sí mismo; que, después de todo, el mundo es una jungla; luego, entonces, depende del hombre ser feliz, al llegar a ser poderoso. Debe volverse poderoso por todos los medios que pueda utilizar, porque solo en esa posición de ascensión puede ser feliz.

Pero alguien más volteó y dijo: “Bueno, no. El fin de la existencia es la felicidad, sí, pero la felicidad no proviene de ejercer autoridad sobre la gente, la felicidad se obtiene de las experiencias sensuales.”

Y ese pensamiento dio como resultado el tipo de existencialismo que caracteriza a la Francia de hoy, que ha dado origen a la filosofía “hippie” en Estados Unidos y a la asquerosa sensualidad de nuestro país.

5 de noviembre de 2011

QUE ESPIRITU ESTAMOS SIGUIENDO?



Michael Clark y George Davis

Aunque la mayoría de los cristianos están de acuerdo en que la Iglesia es un organismo espiritual, vivo y dirigido por la vida divina, muchos parecen ignorar las implicaciones lógicas de esta realidad, viviendo como si fueran una mera institución dirigida por la norma del consenso.

Esto equivale a creer que una marioneta es un niño vivo. Aunque pueda bailar en el escenario, e incluso cantar “No tengo cuerdas encima de mí”, por su propia naturaleza, una institución es movida mediante cuerdas y cables manipulados por hombres ambiciosos. Los organismos vivos viven, se mueven y tienen su existir en virtud de la vida que hay en ellos.

Toda orden y dirección procede de esa vida interior. Un organismo vivo toma su forma predeterminada por el ADN de la vida en su interior, ordenado por su Padre/Creador. Al contrario, una institución vive por un modelo burocrático preconcebido y la energía necesaria para obtener ese fin es puramente política en su naturaleza.

Las normas y las tradiciones que gobiernan las instituciones y el orden de ellas con mucha frecuencia proceden de mentes de hombres que anhelan el control y la dominación.
Clayt Sonmore describió como estos lobos toman su lugar. Primero,-todos-ellos- “ADOCTRINAN-DESPUÉS-AISLAN- DESPUÉS-DENOMINANDESPUÉS-DOMINAN.”

El Apóstol Pablo advirtió, “…Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.” (Hechos 20:29,30).

En la mayoría de los casos, estos lobos y maestros perversos usan las Escrituras para convencer a otros a seguirles a ellos , usando las mismas palabras de Dios para hacer discípulos conforme a ellos mismos, en lugar de para Jesús y Su Espíritu.

Ya advertía el Señor Jesús mismo: “Mirad que nadie os engañe, porque muchos vendrán en mi nombre diciendo, Yo soy el Cristo, y apartarán a muchos”. Fíjate que no decía que ELLOS afirmaran ser el Cristo sino que dirían que Jesús es el Cristo y Le usarían a Él y a Sus palabras para apartar a muchos.

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry