Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


25 de octubre de 2012

LOS 4 ENEMIGOS DEL ALMA

 
Virgilio Zaballos

LA HIPOCRESÍA (Lc. 12:1-3) En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas”.

¿Que es la hipocresía? Es representar un papel que no se corresponde con la verdad de lo que somos. Es apariencia exterior que trata de esconder la triste realidad interior. Es vivir enmascarado, en carnaval. Es un fraude. Un engaño a nosotros mismos y a los demás. Por lo tanto, la hipocresía es un desequilibrio entre el interior y el exterior; entre la realidad y la fantasía o ficción.  Jesús advierte a sus discípulos de este peligro, "guardaos de la levadura de los fariseos que es la hipocresía. Este germen actúa como levadura que leuda la masa. Se extiende y afecta a otros.

El mismo apóstol Pedro fue vencido por este poder diabólico y arrastró a otros judíos, incluso a Bernabé. "Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aún Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos” (Gá.2: 11-14). El apóstol Pablo tuvo la valentía de enfrentarse a esta actitud impía y desenmascararla contundentemente. ¡Tomemos buena nota de lo fácil que puede llegar a ser deslizarse en esta trampa!. La hipocresía actúa en todas las esferas de la sociedad, pero hay un campo donde se manifiesta con mayor asiduidad, es en el terreno religioso; por ello será mas fácil encontrarla activada en las “iglesias” y es allí donde debe ser mas combatida.

La hipocresía no reconoce la Omnipresencia de Dios (Lc. 12:2). Si vivimos la fe en un Dios que está en todas partes y conoce cada palabra de nuestra boca no caeremos en la hipocresía (Sal. 1.39:1-4). Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda

Nuestro Maestro venció a este enemigo y hasta los propios adversarios lo reconocían (Mt .22:16). Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres”.

EL TEMOR (Lc.12:4-7,32). Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed. ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos... No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”. 

El temor es un destructor de la estabilidad interior. Ataca la fe y la confianza en Dios. El temor lleva el castigo en si mismo (1 Jn.4:18) Oculta la verdad y nos hace creer la mentira. Jesús diferenció el temor de los hombres y el temor de Dios. El primero produce desequilibrios de todo tipo; el segundo trae armonía, sabiduría, vida y paz (Pr. 1:7; 14:26-27). “En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos. El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte”. Nuestro Maestro vivió sin temor y enseñó a los suyos a no temer (Mt.14:26-27). “Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; Yo soy, no temáis!”. El apóstol lo expresa de forma magistral en Romanos, 8:15. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”

LA AVARICIA (Lc. 12:13-21). Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: Derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”

¿Que es la avaricia? Es un deseo desequilibrado de poseer cosas. Un desorden que perturba y paraliza la generosidad. Es retener mas que soltar. Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado. Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá; pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende” (Pr.11:24-26). Es idolatría. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría (Col.3:5).

Jesús nos exhorta a guardarnos de “toda clase de avaricia” (Lc.12:15) puesto que lleva a la necedad (Lc.12:20). La avaricia -mediante el almacenamiento de bienes materiales- pretende dar seguridad y esperanza futura de bienestar, pero fracasa estrepitosamente (Lc.12:16-19). Este virus aísla a la persona en si misma; le hace verse como el único ser del planeta; es la posesión de la posesión. Observa las veces que el necio avaro del relato de Jesús usa los pronombres posesivos “mis” y “mi”. Jesús es nuestra victoria sobre la avaricia. Él es la expresión máxima de lo opuesto. Él nos amó y se dió así mismo por nosotros. Nuestro Maestro no se aferró a su propia vida, sino que se despojó... Es nuestro modelo a seguir (Fil.2:5-8).

EL AFAN Y LA ANSIEDAD (Lc.12:22-31). Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas”.

La ansiedad suplanta a la fe y la confianza en Dios y en Su palabra mediante la preocupación constante. Desplaza el señorío de Cristo para instalar los recursos humanos como base de operaciones. La ansiedad es un poder hechicero que dirige el estado emocional de la persona a través de las circunstancias. Jesús dijo de ella:

Que no puede efectuar ningún cambio positivo en el curso de la vida (Lc.12:25-26). La preocupación no cambia las cosas. Es parte del sistema mundano no del Reino de Dios (Lc. 12:30). Buscar continuamente Su Reino y Su justicia nos evita ser controlados por la ansiedad (Lc.12:31) (Mt.6:33-34). Jesucristo venció la ansiedad. La enfrentó en su propia vida (Ejemplo: La muerte de Lázaro Jn.11:1-7. Esperó hasta cuatro días para llegar al lugar y al momento para intervenir) y venció sobre ella. Por eso es poderoso para socorrer a los que somos tentados en esta área (Heb.2:18).

Estos cuatro enemigos atacan nuestro equilibrio; espiritual (la hipocresía); emocional (la ansiedad); mental (el temor); y el equilibrio material (la avaricia). Veamos ahora como en este mismo capítulo de Lucas, el Maestro nos da semillas apropiadas para combatir y vencer a los enemigos de la armonía en todo nuestro ser.

 El Milagro de una Vida Equilibrada - Virgilio Zaballos

1 comentario:

Dario G. Gómez dijo...

estas cuatro enemigos tienen el poder de camuflarse muy bien y engañarnos a nosotros mismos, con mentiras afanes temores avaricias por eso es mejor pedirle a Dios que nos muestre nuestros errores, el misterio de iniquidad mas oculto en nuestro interior, para alejarlo de nosotros

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry