Davis y Clark
En Lucas 18:18-19, un cierto gobernante preguntó a Jesús, “Maestro bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?” Jesús le dijo, “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, excepto uno, Dios”. Si solo hay uno bueno, entonces este joven no podía hacer nada por heredar la vida eterna. Todas sus obras no servirían de nada. El secreto de la verdadera justicia está contenido en estas pocas palabras, “Nadie es bueno, solo Uno”. Cuando finalmente conseguimos creer estas palabras, cesaremos en nuestra vana actividad y recibiremos la verdadera justicia de Dios. La pregunta favorita del hombre religioso, “¿Qué debo hacer?” presupone que puede hacer algo lo suficientemente bueno para merecer el favor de Dios y Su bendición.
La respuesta de Cristo pronuncia juicio sobre toda la supuesta bondad del hombre. “Solo hay uno bueno”. Antes de que el hombre pueda experimentar el verdadero arrepentimiento y conocer la justicia que viene de Aquel que es el único bueno, primero tiene que llegar a un acuerdo con el juicio de Dios sobre su carne. Pablo lo expresa de manera sucinta, “En mí, eso es, en mi carne, no mora el bien”.
Este es terreno de controversia. Todo el mundo religioso trabaja para demostrar que Jesús está equivocado. Levantan buenos edificios en los que se congregan buenos cristianos para aprender a ser mejores cristianos con la ayuda de buenos programas y buenas doctrinas, enseñados por hombres buenos. Todo se dice y se hace para perfeccionar una bondad en el hombre que Jesús dice simplemente que no existe. La noción de que puedes hacerte bueno por medio de la práctica es el engaño que mantiene en movimiento la rueda de molino religiosa, intentando con todas las fuerzas ser bueno y siempre edificando torres hacia el cielo.
Tenemos que llegar a un acuerdo con Dios y ver que Su juicio es tan pesado sobre nuestros mejores esfuerzos como lo fue sobre la torre de Nimrod hacia el cielo (ver Génesis 11). Tenemos que arrepentirnos de tales obras muertas y llegar a un acuerdo con las palabras de Jesús, “Solo hay uno bueno”.
La mayoría de la gente aprende esta lección después de años de lucha y derrota. ¿Cómo enseñaría Dios al hombre que no hay nada que pueda hacer para recuperar la justicia que una vez tuvo antes de la caída? ¿Cómo mostraría a una humanidad decadente su extrema falta de bondad? Después de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, Adán y Eva quedaron atónitos, divididos en su propio ser, y confusos sobre lo que les acababa de suceder. Sus ojos les fueron abiertos y pudieron ver muchas cosas pero no en su condición verdadera.
Cayeron de algo maravilloso, de un plano superior de existencia a un plano inferior, por debajo de la dignidad y el propósito para el que Dios los había creado. Se perdió la bondad de la que Dios había hablado diciendo, “Es bueno”, ¿Cómo mostraría Dios al hombre lo bajo que había caído? ¿Cómo enseñaría al hombre sobre su profunda infección interna e impureza? ¿Cómo mostraría Dios a la humanidad que sus obras justas eran como trapos de inmundicia? ¿Cómo les mostraría su extrema depravación e incapacidad para hacer lo que un día había sido tan natural como el respirar para Adán antes de la caída? ¿Cómo?
De la Ley al Reposo - Davis y clarck
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