George Warnock
El Día del SEÑOR tratará con esta horrible corrupción que abunda en la tierra y especialmente con la MEZCLA que ha caracterizado al pueblo de Dios. Con frecuencia somos contaminados con la corrupción del mundo porque habitamos en medio mismo de ello, y no siempre somos conscientes del efecto que está teniendo en nuestras mentes y espíritus. Jesús nos advirtió que por causa de la abundancia de la iniquidad a nuestro alrededor, el amor de muchos se “enfriaría”.
Es fácil deslizarse en el camino del mundo sin darse cuenta de que el mundo y sus sistemas son los enemigos de Dios “y el que es amigo del mundo, es enemigo de Dios” (Santiago 4:4).
Necesitamos orar que Dios nos muestre tal exhibición y peso de Su gloria en medio de nosotros para que podamos reprobar al mundo de pecado, como deberíamos estar haciendo. No quiero decir con esto que sea a través de mucho hablar y de apuntar con dedo acusador: Me refiero con esto a vivir expresando la vida de Cristo en el mundo, que el mundo sea confrontado con el ojo de Dios, que todo lo ve, y sepa que es Dios mismo quién los está reprobando “de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8).
Sin esta manifestación de Su gloria, ¡Qué desvalidos estamos! Y así, lo mejor que sabemos hacer es conseguir que los legisladores se pongan de nuestra parte, y tratar de cortar las pequeñas ramitas y brotes de degradación que siguen creciendo del árbol corrupto de nuestra sociedad.
Pero a menos que el árbol sea cortado de raíz—por cada ramita de corrupción que tratemos de cortar en el brote, dos más crecerán en su lugar.
¡El plan de Dios es echar abajo el árbol! Y nosotros que conocemos a nuestro Dios, y que sabemos lo que es el Día del SEÑOR, nos gozaremos cuando el Señor haga la oscuridad y el mal para los hacedores de maldad, y traiga luz y paz a los que aman la verdad. Porque Él ha declarado:
“Yo formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. Jehová el Creador. Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente.” (Isaías 45:7-8). ¡Esto es exactamente el significado del Día del SEÑOR!
Dios aborrece la mezcla y llama a Su pueblo a hacer una diferencia entre lo puro y lo impuro, a conocer la naturaleza del bien y del mal, y trazar una línea divisoria entre la luz y la oscuridad:
“!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ” (Isaías 5:20).
Una vez más, en este Día del SEÑOR que viene rápidamente sobre nosotros, Dios va a “dividir la luz de la tinieblas”. Una vez más, la luz será llamada día, y las tinieblas serán llamadas noche.
Sólo la revelación de Su gloria puede hacer esto. Intentemos, si es que podemos, meternos en el ámbito político con una pala, para quitar la oscuridad, y la oscuridad permanecerá… y será aún más oscura. Intentemos, si es que podemos, movilizarnos, marchar y hostigar a los hacedores de maldad, y no conseguiremos nada.
Cuando la luz es rechazada, la oscuridad es el resultado inevitable. Y como veremos más tarde en este mensaje, si la luz es persistentemente rechazada, Dios mismo enviará una mayor y mayor oscuridad, hasta el punto de que los hombres no conocerán la diferencia, y el mal será llamado el bien y la oscuridad, la luz.
Quienes Sois? - George Warnock
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