Clayton Sonmore
He visto con mis propios ojos muchas sanidades físicas maravillosas, incluso de aquellos cuyos ojos ciegos fueron abiertos, pero jamás he visto ningún milagro comparable al que presencie en una asamblea del espíritu santo a principios de los años 50. Simplemente, el milagro fue un poderoso movimiento de <amor y confianza> entre una multitud de hermanos. Creo que no haya habido, ni antes ni después, reciprocidad igual en ninguna otra parte en nuestro siglo, Sólo podríamos decir: <Mirad, cómo se aman unos a otros.> Este fue un verdadero <bautismo de amor.>Hermanos hemos perdido esta cualidad fundamental, incluso en las agrupaciones llenas del Espíritu. ¿Que ha ocurrido?
Como una planta nueva y tierna, como un gorrión recién nacido, incapaz de volar por si mismo, debemos permanecer juntos, temerosos y temblando, a pesar de las aparentemente desesperanzadoras perspectivas del futuro. Debemos arrepentirnos de nuestras imperfecciones, reconociendo nuestra necesidad y luchando de nuevo, encarecidamente, por la restauración de aquello que se perdió. Pensándolo bien, no solo por lo que se perdio sino – mucho más – por la prometida promesa bíblica de la doble porción del fin de los tiempos.
La <ekklesia> (de los llamados a ser separados hacia El) que están luchando denodadamente por algo más alto, no es muy numerosa. Ellos apenas son un puñado. Ellos reconocen que, de acuerdo con las apreciaciones normales del hombre, parece que no tengan las cualidades básicas para enseñar en las clases de la escuela dominical y – mucho menos- para sacar de Egipto a un pueblo perdido, a una humanidad atrofiada espiritualmente, y llevarlo – a través del desierto – a la Tierra Prometida.
Aunque parezca que la mayoría de los cristianos (no me atrevo a llamarlos creyentes) están combatiendo a este movimiento, no debemos inclinarnos por mas tiempo a su llamamiento a la mediocridad. Estamos separados por miles de kilómetros, por muros denominaciones, por doctrinas, por diferencias de culto, y así sucesivamente. Todavía podemos y debemos tener amor y confianza mutuos que nos pongan por encima de nuestras diferencias y nos permitan ver en los ámbitos de Espíritu mucho más allá del velo de nuestra carne, llevándonos a una nueva revelación de Jesus, de su amor, y de sus propósitos eternos para los suyos.
También, hermanos no podemos separar el <amor> de la <confraternidad.> Debemos detenernos lo suficiente para darnos cuenta que la confianza ha llegado ser, ciertamente, una esquiva y casi perdida cualidad, perdida con frecuencia – incluso- entre aquellos que son reclutados para formar parte del ejercito de Dios del fin de los tiempos.
Toda consideración debe ser contrapesada cuidadosamente, con el bien entendido de que miles de almas pueden perder de la balanza de tal decisión. Ninguna decisión debe tomarse apresuradamente, ni sin una completa unidad de criterio. Debemos movernos en el Espíritu. El asunto esencial debe ser el de <prefiriéndoos con honra los unos de los otros,> debiéndose eliminar las obras políticas. Incluso, no podemos dar criterio a los informes de las maniobras detrás de bambalinas, porque debemos tener <confianza.> debemos tener lo que podría llamarse <amor puro de un alma pura.
En el primer mensaje a las iglesias, Dios muestra su desagrado porque ellas abandonaron su primer amor (apocalipsis 2:4). El hombre nunca esta vacío de amor, bien se trate de una clase inferior de amor sensual, tipo filadelfia, o de un amor ágape del Espíritu. Éfeso dejo uno de estos amores para abrazar el otro. Ellos no perdieron su primer amor, lo abandonaron. Dios les dijo que todavía podían regresar a él, pero que si no lo hacían así, entonces les seria quitado su puesto (como candelero).
Sin embargo, se les alababa por su odio contra los hechos de los nicolitas, pues también Cristo los aborrecía. La palabra nicolita viene de la palabra griega <nikao> (que significa conquistar) y <laos> (el pueblo). Su aborrecimiento estaba enfocado sobre aquellos hechos que conquistaban al pueblo y buscaban llevarlo a la esclavitud. Esta revelación que vino al apóstol Juan en el año 96 D.C., se refería a un peligro manifiesto de esa época: la aparición de personas en el liderazgo que ataban a la iglesia de Dios, apartándola del ámbito del espíritu, para llevarla al ámbito de lo anímico y de lo sensual. También causa asombro que el objeto de aborrecimiento de Éfeso, se convertiría después en una doctrina bien recibida en Pergamo (apocalipsis 2:15). La necesidad y el apremio habían llevado al pueblo a buscar la seguridad. Cuando Cristo deja de ser el punto focal de nuestra seguridad, empezamos perder nuestro amor ágape y nos volvemos hacia la seguridad inferior de la hermandad y de su amor filadelfia. Por sí solo, el amor filadelfia únicamente puede llevar a la esclavitud, y debe estar impregnado por la forma más elevada del amor, por el amor ágape solo puede ser experimentado cuando Jesús es el centro y el epicentro de todas las cosas. El amor inferior debe estar controlado e influenciado por el amor más grande.
Pero, con muchísima frecuencia, el pueblo de Dios que ha entrado en el lugar de su presencia, se vuelve negligente en su andar, y abandona el lugar de la fragancia celestial, de las experiencias del óleo de la unción fresca del mutuo entremezclamiento y del compartir en Su amor ágape. Esa experiencia bendita de ser uno, uno en El, es prontamente remplazada por una interior. La presión siempre viene del exterior. Los hermanos empiezan pronto a buscar refugio y seguridad en la confraternidad o en la actividad que han establecido. Y después, la seguridad en El solo, es substituida por la confraternidad y por la seguridad de los grupos, el amor vertical (amor ágape) llega a unirse con el amor horizontal (amor fileo), o es substituido por éste, hasta que queda una sombra de los que Dios pretendía.
Dios esta haciendo una cosa nueva, y las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia que El esta estableciendo. Esta es utilizada como cuerpo colectivo para ejercer presión y para producir temor en aquellos que no están dispuestos a someterse. Creo firmemente que esta iglesia universal – integrada por aquellos que están dispuestos a <andar el camino> en el <Camino viviente> - lo coronaran Rey a El, entrando en la verdad del camino victorioso. Otra vez estamos viendo un pueblo que empieza a ser poseído por aquello que Jesús tenia, y a lo cual El se refirió cuando dijo: <Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.> y esta confraternidad en El producirá, automáticamente, la superabundancia de aquellos que se adherirán a la Palabra: <Un mandamiento nuevo os doy: QUE OS AMEIS UNOS A OTROS: como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros.> <En esto conocerán que son mis discípulos, si tuvieres amor los unos con los otros.>
<Unos a otros.> En griego la palabra <a> quiere decir que esta amor <No pide nada a cambio.> Jesús se dio a Si Mismo, aunque nosotros lo rechazamos. Él nos amó y murió por nosotros, aunque nosotros despreciamos ese amor. Él nos amó y murió por nosotros, aunque no hubiéramos hecho nada por merecer ese amor.
Si no comprendemos esto, el espíritu de filadelfia de la buena reputación y de la estimación mutua empieza a enfocar nuestra a tención de los unos hacia los otros, en lugar de enfocarla sobre Cristo. Donde esté nuestro corazón, allí estará nuestro tesoro. Empezamos a atesorar lo que El tiene para nosotros, poniéndolo por encima a El mismo. Pronto caemos bajo la esclavitud de aquello que hemos buscado atesorar para nuestra protección y seguridad. Después, nos convertimos en un diente del engranaje de la máquina de filadelfia. ¡oh, la sutileza de todo esto!
En cada iglesia y en cada era, trátese de Éfeso, de Esmirna, de Pérgamo o de la Laodicea de hoy día, Cristo ha dispuesto que El tendrá una compañía de vencedores. Ellos vencerán todo espíritu o situación contarios que se presenten. Ellos están viviendo en la realidad de que el amor más grande vence el inferior. ¡El suyo es el verdadero amor ágape! Ahora ellos pueden amar, aun cuando se les habla en contra. Ellos pueden comprender, aun cuando sean mal comprendidos. Ellos pueden bendecir, aunque se les maldiga. Ellos saben como vencer el mal con el bien.
¡Oh, Dios haznos sabios ante los sutiles engaños de satanás, y haznos conocer nuestras flaquezas humanas! ¡A ti , y solo a ti, podemos aferrarnos para que Tú, con Tu gran providencia, lleves plenamente a cabo tus propósitos eternos para la hora presente. ¡Que humildemente seamos el pueblo en el cual encuentres deleite!
¿Puede ser posible que en el grupo en el que nosotros siempre hemos sido tan felices al presentarnos como una confraternidad y no como una denominación, haya perdido el espíritu de confraternidad, y ahora éste halla sido remplazado por el espíritu de la denominación (o de la dominación)? ¿vamos a tener cada vez más y más control centralizado, con su acompañamiento de temores o de <pónganse en fila, o de lo contrario…> En realidad, cada vez más y mas personas están siendo dominadas por unos pocos, porque a la gente no le gusta tomar decisiones personales, con su secuela de responsabilidad personal. El espíritu de la época es el del rápido amoldamiento de loa humanidad a la centralización y a la conformidad del pensamiento, así como a la centralización del control.
Alguien dijo: < Dios empieza en un Hombre, y se vale de él para comenzar un Movimiento. Invariablemente y finalmente, cuando éste pierde su sencillez y su fe y su amor infantiles, se convierte en una Máquina, y después en un Monumento; y, como Sansón, no se da cuenta de que la Unción ha empezado a declinar.
En todas las épocas se ha dicho que los pasos de la declinación espiritual de los grupos ha seguido siempre este ciclo: (1) Revelación; (2) Inspiración; (3) Evangelización; (4) Organización; (5) Educación, y (6) Estancamiento, cosa que ocurre – por lo general- en menos de una generación.
En 2 Corintios 11:3, Pablo afirma: <Mas temo que como la serpiente engaño a Eva con su astucia, sean corrompidos vuestros sentidos en alguna manera, y caiga de la simplicidad que es el Cristo.>
En su libro: <Poder Mediante la Oración,> E.M. Bounds ha escrito:
< Constantemente nos encontramos en tención, si no nos esforzamos por idear nuevos métodos, nuevos planes, nuevas organizaciones para hacer avanzar la iglesia y para asegurar la prolongación y la eficacia del evangelio. Esta Esta tendencia del momento actual tiene la propensión a perder de vista al hombre o de sumergirlo en el plan o en la organización. El plan de Dios es hacer que el hombre llegue a más, poniéndolo por encima de cualquier cosa. Los hombres son el método de Dios. La iglesia está buscando métodos mejores, Dios esta buscando hombres mejores.>
< El Espíritu Santo no fluye mediante métodos, sino por medio de hombres. Él no llega a la maquinaria, sino a los hombres de oración…>
En ultimo análisis, debemos respetar es derecho de todo individuo a ser <guiado por el espíritu> Sin embargo, el Señor dice que: <a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por la caridad los unos a los otros.> Jesús antes de ser El Que Manda, fue el Siervo de todos sin mandar ni guiar jamás por la fuerza, sino guiando siempre con amor.
Dios nos tiene en cuenta como individuos y como organismos de participación voluntaria para que hagamos parte de la <Compañía de Primicias> y para que ayudemos a muchos, con el fin de que ellos lleguen a ser <Hijos Vencedores> que se manifiesten en vida y en poder en estos últimos días.
Esta <Compañía de José> será una compañía de vencedores con talento divino, perseguidos y perdonadores que, siendo maltratados y malentendidos, sirvan de alimento tanto para sus hermanos como para los egipcios. A pesar de todas la persecuciones, ellos permanecerán firmen y llegarán a proclamar las verdades de Dios con un poder tan grande del espíritu, como el mundo no lo ha visto jamás, Si, la <Casa postrera será mayor que la primera.>
Nuestro clamor debe ser. ¡Oh, Dios “restituye lo que comieron la oruga y la langosta”! Siento que el Señor nos está diciendo: “Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Por lo cual ten memoria de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; si no, vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, sino te emendares.>
Leonard Ravenhill escribe:
<Según el pecado de Sodoma, así será el juicio. La iniquidad de Sodoma fue la soberbia, la abundancia de pan y la abundancia de ocio. ¡Necesitamos profetas para este día de perdición! Ni Gedeón, ni ningún otro se ven en dificultades por tener visiones, sin embargo deje usted que Gedeón salga sin ser visto a medianoche y tale la arboleda de Baal; y luego, que el infierno desate toda su furia.>
<Que Juan el Bautista llame víboras a los sacerdotes y escarnezca el adulterio de Herodes, y firma sí su propia sentencia a muerte.>
Hermanos míos, los diversos tratos de Dios Para conmigo me han llevado aponer ante ustedes, a cualquier precio, lo que yo siento que es la verdad de Dios, antes de ver que mis hermanos, los hermanos a quien amo, tropiecen en este movimiento del fin de los tiempos y caigan en la autosatisfacción en medio del desierto, todo porque – por temor - Ninguna voz clamo por el arrepentimiento.
Muchas organizaciones y denominaciones e inclusivo los pentecostales – han creído partiendo de cero, hasta llegar a los ciento y miles de fieles en los últimos cincuenta años. Han gastado cientos de millones de dólares en edificios; y, con mucha frecuencia, han tenido esencialmente poca o ninguna comprensión de la voz y de la conducción de Dios en este movimiento del fin de los tiempos. En realidad, usted encuentra que todos ellos carecen, con harta frecuencia, del entendimiento espiritual, de tal modo que persiguen el nuevo avivamiento de la misma manera que ellos fueron perseguidos en tiempos pasados.
Además, y también por causa del quebrantamiento de amor, la soberbia – la principal iniquidad de Sodoma – ha crecido en nuestras filas. Me pregunto sino hemos sido culpables de la superabundancia de satisfacción o – quizás – pensando como grupo, o cada uno como individuo, que somos ciertamente los especialísimos de Dios y, el don más grande para la iglesia. El rápido crecimiento de las actividades ha traído consigo la <prosperidad numérica> sin la <pobreza de espíritu.>
Creo que Dios quiere que nosotros no sintamos satisfacción con esta estadística, porque las estadísticas no pueden ser la calificación para el éxito espiritual. No debemos medir nuestros éxitos, ni permitir que ellos sean un termómetro para ver si estamos o no estamos moviéndonos en Dios.
Para oír la voz de Dios y para saber como El esta guiando este movimiento del fin de los tiempos, debemos pedirle a Dios el entendimiento y sabiduría espirituales. Nuestro clamor debe ser: ¡Oh, Dios no permitas que perdamos el nuevo vino del Espíritu que Tú estas derramando sobre toda carne que lo reciba! No debemos medir nuestro éxito espiritual por nuestras realizaciones temporales.
Nuestra oración debe ser: ¡Señor haz que tengamos el Espíritu de la revelación y el temor total de Dios con el fin de que califiquemos para ser el diminuto remanente simbolizado por Josué y por Caleb! Tomados de entre 2.000.000 de adultos que – por el pecado y el fracaso fueron destinados para recibir el premio de consolación de Dios – soló estos dos no estuvieron satisfechos con esto, pues querían tener nada menos que el premio mayor de Dios; Su perfecta Voluntad.
Dios esta llamando al arrepentimiento, Dios nos esta exigiendo, como individuos y como confraternidades, que nos apartemos a nuestros cubículos de oración y la pidamos al Señor que nos perdones por nuestros débiles esfuerzos para ponerlos a El en su puesto legitimo. Que El nos perdone por nuestra falta de amor sin disimulo, por nuestra falta de oración, ¡por nuestra falta en hacer de El el centro y lo máximo en todo! Con cuanta frecuencia hemos exaltado la carne con el empleo de términos como <admirable> y <grandioso.> hemos exaltado al gran hombre, haciendo exclusión del pequeño.
Me doy cuenta, cada vez más, de que muchas de nuestras decisiones se toman precipitadamente, pensando en como seremos recibidos por determinados individuos, grupos, iglesias u organizaciones.
Paul Fleming, el fundador de la Misión Nuevas Tribus, dijo que antes de que fuera llamado a casa para estar con el Señor, lo único que temía más que cualquier otra cosa era que la Misión Nuevas tribus – que fue combatida enconadamente, tanto por las organizaciones como por los individuos – fuera aceptada y reconocida por los hombres. Dijo que su deseo era ser aprobado por Dios, así nunca oyera o tuviera el aplauso de los hombres. Jesús dijo: < Porque lo que los hombres tiene por sublime, delante de Dios es abominación >
Por la creciente carencia de <amor y verdad> nos encontramos año tras año, con el hecho de que cada vez mayores fuerzas extrañas al <Movimiento del espíritu del fin de los tiempos,> se abre paso por entre nuestras desgranadas filas, y capitalizan nuestra falta de confianza entre unos y otros.
Hace algunos años, Dios me hablo claramente por boca de varios testigos: <Escribe la visión y declárala en tablas, para que corra (para que se lance a la acción) el leyere en ella.> El también dejo en claro que; <Aunque la visión tardara aún por un tiempo…espérala, que sin duda vendrá.> De algún modo, siento que éste es el día y que con este escrito se esta cumpliendo, por lo menos, la primera parte de esta <Visión.>
Ya sea en Minneapolis, en San Luis, en Londres o en el Congo, la iglesia ha fallado, y la rebeldía contra el galanteo y los requerimientos de Dios es tan evidente, que la iglesia – tal como la conocemos hoy – está espiritualmente agobiada por la pobreza. Aunque todavía tenga cantidad de personas, esta muerta espiritualmente. Si ocurriera una persecución internacional a la iglesia que conocemos actualmente, los pocos que permanecería, solo darían lugar – por seguridad- al comentario: <¿es que queda algo de fe?> ¿Por qué?
Es obvio que nuestro sistema político es los Estados Unidos ha fallado y, aunque nuestro país ha regalado millones de millones por todo el mundo, somos – sin embargo – los más odiados por nuestros beneficiarios. ¿Por qué?
Nuestro sistema eclesiástico también ha fallado. Sin excluir el grupo denominacional que conozco – aunque se hayan derramado muchos millones de millones en sus iglesias y en sus misiones y en sus diversas actividades – la bancarrota espiritual prevalece en la mayoría de los niveles. El rápido incremento hacia el casi total aniquilamiento espiritual pende sobre nosotros. ¿Por qué?
Mas allá del Pentecostes - Clayton Sonmore
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