Mateo 16: 13-18 “Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”
La doctrina romana enseña que en este pasaje, el Señor edificó la iglesia sobre la persona de Pedro, y que a partir de ese momento seria considerado la cabeza máxima y visible de toda la iglesia. Mientras no exista otra cosa que no sea apasionamiento religioso, no es difícil ver, como se han interpretado amañadamente estos versículos. Cuando se va al griego, idioma original del nuevo testamento, se entiende claramente que en este asunto, lo importante no fue la persona de Pedro, sino la declaración que hizo Pedro.
Jesús le dice a Simón: "Tu eres Pedro (petros) y sobre esta roca (petra) edificaré mí iglesia”. Jesús no dijo: "tu eres Pedro (petros) y sobre esta roca (petros) edificaré mí iglesia”. El término que el Señor escoge para roca (petra) se refiere a una piedra fundamental o a una roca que no puede ser removida (Cristo), y no a una piedra suelta, que se refiere a pedro (petros) La pregunta que le hace el Señor a pedro, no es, “¿quién dicen los hombres que es Pedro?” sino, “¿quién dicen los hombres que es el hijo del hombre?” Cuando Pedro contesta por revelación, "tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente", el Señor recalca: "bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló ni carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”.
La roca (petra) es pues, la declaración revelada a Pedro y el contenido de ella misma (Cristo, el Hijo del Dios viviente, es la piedra). En otros términos, Jesús el Señor es revelado como "el Cristo, el Hijo del Dios viviente" el cual viene a constituirse, por voluntad del Padre, en el fundamento único (Piedra Angular) e insustituible de la iglesia cristiana (iglesia no religión); de no ser así, tendríamos una iglesia "pedriana" y no cristiana.
De una lectura sistemática, aparece que siempre la roca estaba atribuida a Dios, y sólo, a manera de ejemplo citamos éstos pasajes:
1 Pedro 2:6-8 ”Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados”.
La iglesia católico romana dice que en este versículo anterior Cristo le entregó la suprema autoridad a Pedro para gobernar y pastorear su iglesia.
Pedro mismo escribió lo siguiente, lo cual deja sin piso ésta auto-exaltación que hace el papado de la autoridad política y religiosa del estado vaticano.
Lo que si es contradictorio, es que Dios se hace hombre en la persona de Jesús para salvar a los hombres, y que ahora el hombre (el papado) se quiere hacer "dios" para confundir a los hombres, ya que nadie podrá negar que el papa, aunque se vista como ángel de luz y asuma gestos y palabras que denotan aparente humildad, se auto-abroga atributos inherentes al Creador, como lo es la infalibilidad y el erigirse como único representante de Dios en la tierra, con una característica a través de la historia:
El oficio que parece estar representando hoy la iglesia romana, con la autoridad de Pedro a la manera romana, nos la enseña el mismo Señor al hacer conocer a los apóstoles que pronto iba a morir, Pedro lo lleva aparte y tratando de engañar al mismo Señor le dice:
Mateo 16:21-23 “Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Jesús recrimina a Pedro diciendo: "¡Quítate de delante de mi, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres.”
La Democracia contra Cristo - Javier Vargas
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