Charles E. Newbold Jr
La
gente legalista son los que se concentran en hacer cosas externamente para
obtener el favor de Dios. Cualquier intento por ganar nuestra salvación se denomina obras-justicia.
Sin embargo, Pablo escribió a los creyentes romanos afirmando que ninguna carne
puede ser justificada por hechos (obras) de la ley. En lugar de ellos, somos
justificados libremente por la gracia de Jesucristo a través de la redención
que hay en Él. Por tanto, Pablo llegó a la conclusión de que el hombre es
justificado por la fe sin las obras de la ley. Rom. 3:20,24,28.
El legalismo se basa en la actuación. Implica
que somos recompensados por lo que hacemos y que somos castigados por lo que no
hacemos. Se basa en las obras. Esta es precisamente la razón por la que las iglesias están muertas. Pablo escribió.
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis, de la gracia habéis caído.” Gál 5:4. Cuando
regresamos a la ley, tanto si es la ley del Antiguo Testamento, o la ley de la iglesia moderna, caemos de la gracia.
La ley es hacer. La gracia es ser. La ley tiene
que ver con lo que “deberíamos” hacer, pero no podemos. La gracia tiene que ver
con lo que Dios ya ha hecho por nosotros. (Llamamos a la gente a ser como
María, sentarse a los pies de Jesús, pero amamos tener a nuestro alrededor a
las Martas. La mayor parte de las actividades en las iglesias depende de las
Martas). Lucas 10:38-42).
Si yo
trato de legislar lo que debes hacer para actuar como un buen cristiano,
entonces estoy bajo la ley y poniéndote bajo la ley. Por otro lado, si te
presento a Jesús, que es la ley perfecta de Dios, y Él legisla su ley desde
dentro, cambiando tu naturaleza, entonces te estoy llevando a la gracia de Dios
La gracia es el poder de Dios obrando en ti para cumplir Su palabra en ti. La
fe persigue activamente a la gracia de Dios. La fe nunca seguirá a la ley.
El escritor de Hebreos describió por qué los
israelitas no entraron el reposo que Dios había prometido. Si Dios lo prometió,
entonces tiene que haber un pueblo que sí entre. Su reposo prometido es un
reposo de obras muertas. “Porque el que ha entrado en Su reposo, también ha reposado
de sus obras, como Dios de las
suyas.” Heb. 4:10.
El sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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