Charles E. Newbold Jr
Las personas legalistas tienden a ser
divisorias. Puede que no pretendan serlo, pero sus caminos legalistas causan división.
Cuanto más legalistas son, más tienden a separarse por causa de cosas pequeñas,
no esenciales.
Me contaron la historia de dos grupos
cristianos sectarios, que vivían en comunidades muy distantes una de la otra, y
que desarrollaron un plan para que sus jóvenes se casaran fuera de su comunidad
local. Los líderes de estos dos grupos no pudieron llegar a un acuerdo con tal
plan por causa de un asunto religioso. Un grupo creía que los hombres tenían
que llevar cinco broches en sus abrigos, y el otro creía que tenían que llevar
solo cuatro.
Había
dos iglesias de Cristo en un pequeño pueblo de Tennessee, donde, conforme a su
propia doctrina, una sola debía existir. Un grupo creía que estaba bien tener
una cocina en el edificio de la iglesia, mientras que el otro creía que no. Esa
fue la causa de su división.
Con mucha frecuencia, normas tontas e
insignificantes causan divisiones y profundas heridas que a veces llevan al
rechazo de individuos por sus propias familias. Iglesias de todo tipo se han dividido por asuntos no esenciales.
Las iglesias, por su propia
naturaleza, están programadas para la separación.
Pablo explicó a los corintios: “Siendo solo uno el pan, nosotros, con
ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.” 1ª
Cor. 10:17. Después escribió, “Porque
así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un
solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Pero
ahora son muchos los miembros. Pero el cuerpo es uno solo. Para que no haya
desavenencias en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos
por los otros.” 1ª Cor. 12:12-13,20,25.
Pablo
llamó a los Efesios a soportarse con paciencia unos a otros con toda humildad,
mansedumbre, paciencia, amor, esforzándose por mantener la unidad del Espíritu
en el vínculo de la paz, por una verdad ineludible: “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma
esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre
de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos.” Efesios 4:2-6.
Hay
un solo cuerpo. Este único cuerpo de Cristo no es ni puede ser muchos cuerpos.
Por tanto, si donde estás, está dividido, no es lo verdadero.
EL sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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