Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


2 de agosto de 2018

PARA MANTENERSE EN EQUILIBRIO


Virgilio Zaballos
El equilibrio para el hombre en general y el creyente en particular se origina EN EL CORAZÓN. Es del corazón (el espíritu) de donde emana la vida de Dios, y esa vida que se nos da en Jesús es la que produce el equilibrio verdadero del hombre.

 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Pr.4:23). Sin embargo, vemos muchas personas desequilibradas y excéntricas (fuera del centro) en las iglesias. ¿Por qué? Porque el corazón se ha apartado de Dios (Jer.17:5) y se vuelve engañoso (Jer.17:9-10). De esa forma entra la confusión y la mezcla entre lo carnal y lo espiritual. La solución requiere una entrega sincera de todo corazón a Dios para que Él lo cuide y lo proteja. Dios sabe como tratarnos partiendo del epicentro de nuestro ser: el espíritu Dame hijo mío tu corazón” (Pr.23:26).

“Encamíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”  (Sal.139:23-24).

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Heb.4:12-13).

“...y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras” (Apc.2:23).

Es muy importante que estemos atentos al estado de nuestro corazón; no solo al físico con sus problemas de colesterol, infartos, etc.; si no mas aún a nuestra esencia espiritual para saber qué emana de nuestro interior.

Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él;  pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él.

Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (1Jn..3:19-24). Para saberlo debemos atender, al menos, a cuatro verdades principales que deben emanar del corazón. Veamos, según el capítulo diecisiete de Lucas, el manantial que nos mantendrá equilibrados: El perdón, la fe, la gratitud y la esperanza de Su venida.

El milagro de una vida Eqilibrada - Virgilio Zaballos

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry