George Warnock
Ven a mi Jardín cuando
irrumpa la primavera sobre nosotros. Ya no hay más lamentación por el frío
sufrido. Ya no hay más condenación sobre otros por haber causado un invierno
tan duro y tan frío. Ni siquiera seguimos sintiéndonos mal por nosotros
mismos... sólo por haber entendido mal a Dios por las horas de la crudeza
invernal. Ahora podemos afirmar con el apóstol, “la tribulación produce
paciencia, y la paciencia, prueba y la prueba, esperanza, y la esperanza no
avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Rom. 5:3-5). Ahora podemos decir con el
corazón contrito de José, “no os entristezcáis ni os
pese por haberme vendido aquí; pues para preservar vidas me envió Dios delante
de vosotros.” (Gén. 45:5). Ahora podemos decir con Job, “He sabido de ti sólo
de oídas, pero ahora mis ojos te ven. Por eso me retracto y me arrepiento
en polvo y ceniza.” (Job 42:5-6). Antes de su prueba tenía cierto conocimiento
de Dios... un concepto teológico de Dios, pero todo esto pasa en la
manifestación de Su presencia. No era fácil ver el sol al estar bajo la nieve,
helado y frío, inmóvil e indiferente.
Pero estaba en todo eso, brillando tan brillantemente como siempre y tan
caliente como siempre también.
La misma palabra de Dios que trajo el invierno,
igualmente trajo la hora de la primavera. La misma palabra que vino a José en
sueños y revelaciones, igualmente le llevó a Egipto, y le probó con barras de
bronce... y más tarde le liberó para traer vida y bendición a Egipto y a Canaán
y a otras naciones que habían experimentado el hambre. “Hasta que su palabra
(predicción) se cumplió; la palabra del SEÑOR lo puso a prueba.”(Salmos
105:19). Dios no nos ama menos cuando yacemos helados bajo el suelo, ni más
cuando comenzamos a germinar y a brotar ante el calor de la primavera. Lo único
es que sentimos más Su amor en el tiempo de la primavera. Pero ambas
condiciones son necesarias para la operación de Sus propósitos especiales
propios. La prueba del verdadero amor no es lo bien que se aprecia. Más
bien--¿Estamos andando en obediencia al Señor? “El que tiene mis mandamientos y
los guarda, ése es el que ama.” (Juan 14:21). Este es el termómetro que prueba
nuestro amor...
El huerto de Dios - George Warnock
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