Charles E. Newbold Jr
El
espíritu de Jezabel es asesino e intentará alterar la historia del
mundo. No se detiene ante nada para destruir la herencia de Dios,
intentando matar incluso a la descendencia real desde el Rey David
hasta el Rey Jesús.
Jezabel
y Acab tuvieron una hija, de nombre Atalía, que se casó con Joram,
rey de Judá. Después de morir, el hijo de Atalía, Ocozías, fue
hecho rey en Judá, pero fue matado por Jehú. Cuando Atalía vio que
su hijo había muerto, se levantó, comenzó a matar a toda la
descendencia real de la casa de Judá, se hizo con el trono y reinó
durante seis años. Ella heredó el demonio de su madre.
Atalía
tuvo éxito en la matanza de toda la descendencia real a excepción
de Joás. Josabet,
la hija del Rey Ocozías, escondió a Joás lejos de sus hermanos,
que estaban siendo matados. Joás sería mas tarde coronado Rey de
Judá por la asamblea de levitas y jefes principales de Israel, bajo
el liderazgo de Joiada, el sacerdote.
Cuando
Atalía escuchó la conmoción que rodeaba a la ceremonia de
coronación de Joás, rasgó sus vestidos y gritó. “¡Traición,
Traición! Joiada ordenó que fuera sacada del Templo y matada. 2ª
Reyes 8:25-11:20, o 2ª Crón. 22-23.
Apreciamos
la magnitud de este evento histórico cuando recordamos que Jesús,
el Mesías, sería descendiente de David. 1ª Crón. 17:11-12. Si
Joás hubiera sido asesinado con el resto de la descendencia real de
David, esto habría interrumpido ese linaje divino.
Al
acercarnos al final de los tiempos, encontramos a Satanás, la
verdadera influencia que potencia al espíritu de Jezabel, una vez
más intentando destruir el linaje real de David. Todos los que son
llamados, escogidos y hallados fieles (Apoc. 17:14) son el hijo varón
de Apocalipsis 12:1-5, que ha de gobernar a las naciones con vara de
hierro, y a quién el dragón intenta devorar. Este hijo varón es un
hijo colectivo, que lleva la imagen del Hijo, y a quién el Espíritu
Santo manifestará en estos últimos días.
El
espíritu de Jezabel intenta destruir el espíritu de la condición
especial de hijos, cuando es predicado, pervierte la revelación
cuando ésta brota, y mantiene a muchos como rehenes a los sistemas
religiosos de los hombres.
El sistema De la iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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