Davis y Clark
Pablo escribió:
“Estad,
pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra
vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os
circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra
vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda
la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la
gracia habéis caído.” (Gálatas 5:1-4).
“Porque
vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la
libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los
otros. Porque toda la ley en esta sola
palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Gálatas 5:13-14)
Que Dios nos libre
a todos de la religión orientada al apaciguamiento, inhibidora de la gracia y
cuyo fruto es la muerte. ¡Que seamos hallados en Cristo, sin tener nuestra
propia justicia sino esa justicia que viene de Dios por la fe! Nadie puede
jactarse en la presencia de Dios.
Cristo “fue hecho
justicia… para que como está escrito, “El que se gloríe, gloríese en el Señor”
(Jeremías 9:24, 1ª Corintios 1:31).
Juan escribió:
“Todo
aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción
de la ley. Y sabéis que él apareció para
quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él,
no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie
os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el
pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto
apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es
nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en
él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo
aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” (1ª Juan
3:4-10).
El verdadero
cristiano no necesita una ley exterior. Es movido por una Vida interior—la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús.
Dios desea verdad en lo íntimo, Cristo en
ti.
Dios ha reservado
el gobierno de la ley, el gobierno externo, para aquellos que no son guiados
por Su Espíritu. “Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”.
(Gálatas 5:18). O bien vivimos por la Verdad interior de Dios, o estamos bajo la
estrecha chaqueta de la ley.
La asamblea de los
Gálatas comenzó en el Espíritu—dependiente de la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús. Los campeones de la ley conocidos como judaizantes, los sedujeron
para hacerles creer que tenían que cambiar esa libertad por la esclavitud de la
letra. Pablo, que había vivido en el cuerpo de esa muerte en su juventud como
fariseo, pudo ver claramente esa misma muerte obrando en ellos.
Habían
comenzado en el Espíritu, pero ahora intentaban alcanzar la perfección por el
poder de la carne (lee Gálatas 3:3). El llamado de Pablo a ellos es crítico,
puesto que es fundamental para la verdadera fe.
Con esto en mente, consideremos cuidadosamente la siguiente pregunta. “Por
tanto, el que os da [Tiempo presente] el Espíritu y obra milagros
[continuamente] entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír
con fe?
Dela Ley al Reposo - Davis y Clark
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