George Davis
Lo que vemos hoy en día es completamente diferente a lo
que Cristo vivió durante su travesía terrenal. El puso su vida por las ovejas.
En el sistema religioso de hoy en día, ponen sus vidas por los pastores. ¡Raramente
vemos la unción del Buen Pastor sobre los así-llamados pastores de nuestros
días! Raramente vemos al Espíritu del Señor sobre ellos cumpliendo la ley de
Cristo y llevando las cargas de los pobres y menesterosos en sus
aflicciones. En vez de eso vemos elaborados santuarios que requieren una
pequeña fortuna para mantenerlos, abarrotando el horizonte. ¿Los pastores de
hoy en día alimentan las ovejas o viven de la carne del carnero?
El Señor hizo una pregunta similar a los pastores de Israel a través
del profeta Ezequiel: “¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí
mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?” (Ez. 34:2). Vamos a poner
esto en claro de una vez y para siempre. ¡Los pastores proveen para las ovejas,
no las ovejas para los pastores!
Judas 1:11-13 es a menudo usado por los líderes de la iglesia contra
quienes ellos piensan están en rebeldía contra su autoridad. Pero bajo un
minucioso examen esto no es para nada a lo que se refiere este pasaje. De
hecho, es una acusación contra los falsos pastores:
¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro
en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. Estos son
manchas en vuestros ágapes, que comiendo
impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua,
llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos
veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia
vergüenza; estrellas errantes, para las
cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.
Tales pastores son como los cíclopes de Eurípides que dijo a los rebaños:
“La tierra forzosamente, ya sea que a ella le guste o no, produce pasto y
engorda mis rebaños, a los cuales no voy a sacrificar a no ser que sea para mí
mismo y para mi estómago, el más grande de las deidades: ¡pero a los dioses, no
lo haré! De cierto comer y beber llena a uno día a día y no le da a uno pena
para nada, este es el rey de dioses para sus hombres sabios…”
La Población Olvidada - George Davis
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