Michael Clark y George Davis
¿Se ha dado cuenta usted que en muchos lugares la Biblia parece que se contradice a sí misma? Todo aquel que la lee mucho pronto encuentra que hay algunas declaraciones en conflicto. Creemos que Dios inspiró a los escritores el texto original de las escrituras, y que El no está confundido ni es autor de confusiones.
¿Entonces, dónde está el problema? ¿Podría ser que alguna otra fuerza haya alterado los esfuerzos de las traducciones que hoy disfrutamos? Creemos que esto es más fácil de creer, antes que creer que Dios haya sido la fuente de ningún error en el libro divino.
Hay quienes juntan a las ovejas, pero también hay pastores. Todo depende de en qué reino estén ellos edificando: sus propios reinos o el reino de Dios. Hay profetas y hay quienes hacen dinero de eso. A través del tiempo, el hombre ha usado los dones dados de Dios y sus posiciones de autoridad en la ekklesia de Dios para sus propios fines divisorios. Un clásico ejemplo de esto son Balaam y el Rey Saúl. Considere esta acusación de un verdadero profeta contra el hombre “santo” pero carnal:
“Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin? (Jer. 5:30-31)
Sí, ¿qué es lo que el hombre ha hecho en estos últimos días? ¿Ha mejorado la situación desde los días de Jeremías, o ha empeorado? ¿Han profetizado falsamente los profetas y los pastores usan su propia fuerza humana para gobernar sobre los santos, siguiendo su propia dirección carnal en vez de la dirección del Espíritu Santo en la Iglesia del Nuevo Testamento y aun hasta el presente? ¿Qué hace usted al respecto de este nuevo surgir y énfasis de someterse a apóstoles gobernantes? Creemos que aun una investigación superficial de las Escrituras y de la historia moderna demostraría que esto no es para nada una nueva tendencia.
Judas escribió:
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados…” (Jud. 1:11-12)
El versículo doce en el griego debería leerse: “Estos son manchas en vuestros ágapes, estos pastores que se alimentan a sí mismos”. Parece que aun en los tiempos del Nuevo Testamento, en los tiempos del escritor Judas, hubo profetas que se lucraban y pastores que mandaban sobre la ekklesia de Dios, la iglesia, para su propia ganancia y por su propia dirección. Mientras estudiamos la historia de la iglesia encontramos en muchas partes, que el estado de la iglesia empezó a declinar a partir del tiempo en que Judas escribió esta carta.
Lo maligno detrás de todo esto primero apareció colectivamente en la antigua Babel. “Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo…” Cómo amaban ellos los lugares altos y las primeras sillas en las sinagogas. Buscar lugares altos y reconocimiento no es el reino del Padre.
Jesús trajo este asunto a colación con sus discípulos en varias ocasiones: “Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.” (Luc. 22:24-26)
Pablo escribió:
No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes. (2 Cor. 1:24)
Pablo se consideraba a sí mismo como “colaborador”, no uno que se enseñoreaba sobre el rebaño de Cristo.
Estos tres versículos que siguen son los favoritos de aquellos que se enseñorean sobre la ekklesia de Dios:
Recuerden a aquellos que GOBIERNAN SOBRE ustedes, que les han hablado la palabra de Dios: cuya fe deben seguir, considerando el fin de su conversación. (Heb. 13:7 – Biblia King James – Rey Jaime)
Obedezcan a aquellos que GOBIERNAN SOBRE ustedes, y sométanse, porque ellos velan sobre sus almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso para ustedes. (Heb. 13:17 – Biblia King James – Rey Jaime)
Saluden a todos los que GOBIERNAN SOBRE ustedes, y a todos los santos. Los de Italia os saludan. (Heb. 13:24 –Biblia King James – Rey Jaime)
La palabra “sobre” en estos versículos no está en el original (aparte, la palabra cargo u oficio tampoco figura en el Nuevo Testamento original en griego). La palabra traducida “gobiernan sobre” en los versos de arriba es: Hegeomai: Conducir
Hebreos capitulo once y doce está lleno de relatos de aquellos que anduvieron antes de nosotros como ejemplos de cómo deberíamos caminar por fe, incluyendo a Jesús. Esto es un liderazgo espiritual, dejándolo todo de lado como lo hicieron ellos, no sentándose en algún templo terrenal en su oficina con aire acondicionado siendo servido por su staff y siendo pagado por aquellos sobre quienes se supone que usted tiene que “mandar”.
El Comentario de Clarke establece:
Versículo 7.
Recuerden a aquellos que gobiernan sobre ustedes. Esta cláusula debe traducirse: Recuerden a sus guías que les han hablado la doctrina de Dios. La nota de Theodoret en este versículo es muy sensata: “Esto se refiere a los santos que ya estaban muertos, Esteban el primer mártir, Santiago el hermano del Señor, y Jacobo llamado el Justo. Y hubieron muchos otros que fueron muertos por la rabia judía. ‘Consideren a estos (dice él) y, observen su ejemplo, imiten su fe.” Este recordatorio de los santos muertos, con admiración de sus virtudes, y un deseo de imitarlos, es, decía el Dr. Macknight, la única alabanza que es debido a ellos de parte de los que viven.Considerando el fin de su conversación.
“El asunto de aquellos cuyo curso de vida consideren cuidadosamente”. Ellos vivieron para conseguir lo bueno y hacer lo bueno; fueron fieles a su Dios y a la causa; sufrieron persecución, y por el testimonio de Jesús tuvieron una muerte violenta. Dios nunca los abandonó; no, nunca los olvidó; así que ellos estuvieron gozosos en sus aflicciones, y gloriosos en su muerte. Cuidadosamente consideren esto; actúen como ellos actuaron; guarden la fe; y Dios los guardará a ustedes.
Como pueden ver, estos pasajes en Hebreos no tienen nada que ver con obedecer a meros hombres que deseaban controlar y gobernar sobre ustedes como muchos de los reyes Gentiles lo hacían desde sus falsos cargos.
Cuando usted ve una contradicción en las escrituras es una buena indicación de que algo ha sido alterado en la traducción. Encontramos que el Diccionario de Exposición de W. E. Vine es una de las mejores obras de referencia que usted puede usar para desatar estos nudos Gregorianos atados por constructores de templos y controladores de hombres.
“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.” (Ap. 22:18-19)
Yo oro para que todos ustedes escuchen al Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad, porque Jesús lo ha enviado a nuestras vidas para guiarnos a toda verdad. Aprenda a oír esa pequeña voz que le habla mientras lee las escrituras, porque él a menudo le va a decir, “Mira más profundamente. Hay más aquí de lo que parece”.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Jn. 14:16-17)
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todolo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” (Jn 16:13)
ALGUIEN ROMPIO MI BIBLIA - Michael Clark y George Davis
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