John Bevere
Si lo que usted construye, sea un estilo de vida, negocios, ministerio o familia, es edificado con los ladrillos que usted aún fabrica, será quemado! No se adelante a construir en la fuerza de la personalidad, ni con técnicas personales o programas inventados por los hombres... Si usted edifica manipulando las personas o las controla por la fuerza de la intimidación... Si usted pisa sobre sus amigos para conseguir posiciones... Si construye derrumbando las personas a causa de la mala lengua y difamación... Entonces, todo lo que usted construyó, será devorado por el fuego! Lo que sea que haya construido será quemado!
Muchos hay que mienten con el fin de autopromoverse. Estos también serán quemados. "Nadie se engañe a sí mismo: si alguien de entre vosotros se tiene por sabio este siglo, se haga ignorante para hacerse sabio. Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios..." (1 Co 3:18, 19).
El mundo suele dar énfasis al egoísmo! "Si, por el contrario, tienes en vuestro corazón envidia amargada y sentimiento faccioso... Esta no es la sabiduría que desciende allá del alto; antes, es terrenal, animal y demoníaca" (Santiago 3:14, 15). A los ojos de Dios, cualquier área de su vida, en la cual la motivación es usted aún, es tenida por Dios como madera, heno y paja. No importa, aparentemente, lo cuánto usted hace ayudando las personas en nombre del Señor, o el gran sacrificio personal en la obra de Dios, todo será quemado! La envidia genera competición y sospecha. La desconfianza corre suelta en la Iglesia, imponiendo, por el miedo, gran división en el cuerpo.
Nos gusta mantener una posición de "autoridad" como única manera de mantener control sobre las personas. Y eso puede costarnos los amigos, la integridad, o lo que es más importante: nuestra comunión con Dios. Es común en los obreros que buscan posición, títulos o salarios a las expensas de la gloria de Dios.
Son personas que lloran delante de Dios, clamando y diciendo: "Dios, mientras más te busco, más me hundo. No consigo salir de esta!" Dios les dice: "Vaya más al fondo, hijo!" "Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras, y las practica, yo os mostraré a quién es semejante. Y semejante a un hombre que, edificando una casa, cavó, abrió una profunda zanja y lanzó el cimiento sobre la roca... " (Lc 6:47, 48).
Victoria en el Desierto – John Bevere
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