Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


10 de febrero de 2013

CAÍN Y ABEL


Douglas Weaver

La palabra génesis significa origen o comienzo. El libro de Génesis comienza con oscuridad y caos sobre la faz del abismo. Esto era una oscuridad espiritual. El sol, la luna y las estrellas no fueron creados hasta el cuarto día. El primer acto de Dios el primer día de la creación fue separar la luz de la oscuridad. Esto establece el patrón de todos los actos futuros de Dios en Su creación.

Por causa de la caída de Adán y Eva en la oscuridad espiritual, perdieron el estado primario del hombre, fueron expulsados del Huerto del Edén y apartados del árbol de la Vida. Cuando fueron expulsados, Dios les dio una promesa de redención—una promesa de restauración. Dios dijo a la serpiente astuta, “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15).

Inicialmente Adán y Eva tuvieron dos hijos, Caín y Abel. Estos dos hombres son prototipos de la humanidad. Surgen dos tipos completamente distintos. La simiente de la serpiente y la simiente de la mujer, lo piadoso y lo impío, lo justo y lo maligno, Cristo y el anti-cristo, el Hijo de Dios y el hijo de perdición, el trigo y la paja, las ovejas y las cabras, las vírgenes necias y las sabias, el hijo de la esclava y el hijo de la libre. En Abel y Caín vemos al peregrino y al fundador de ciudades. Vemos la tendencia piadosa del servicio en Abel; se convirtió en un cuidador de rebaños. En Caín vemos la tendencia carnal de dominar la tierra con su propia fuerza e ingenuidad. Uno era nómada, siguiendo a sus rebaños en armonía con la tierra. El otro estaba asentado y era territorial-un arador y plantador de la tierra maldita que insistía en producir espinos y abrojos.

Se cree ampliamente que Eva consideraba a su primogénito, Caín, como la simiente prometida de que hablaba Génesis 3:15. Alfred Edersheim explica:

“De los dos hijos de Adán y Eva, Caín, era el mayor, y de hecho, el primogénito de todos sus hijos. Por toda la antigüedad, y en el Oriente hasta este día, se considera a los nombres propios como portadores de un significado más profundo. Cuando Eva llamó a su primogénito Caín (‘obtenido’ o ‘comprado’) dijo, “He adquirido varón de Yahvé”. Aparentemente, ella conectó el nacimiento de su hijo con el cumplimiento inmediato de la promesa de la Simiente, que había de herir la cabeza de la serpiente. Si se nos permite esta comparación, la expectativa de ella era tan natural como la creencia de algunos primeros cristianos de la inminencia de la nueva venida de nuestro Señor.

Esto muestra igualmente lo profundo que había calado esta esperanza en el corazón de ella, lo viva que era su fe en el cumplimiento de la promesa, y lo ardiente que era su expectativa. Pero si esos eran sus pensamientos, que pronto quedarían incumplidos. Quizás por esta misma razón, o quizás por haber sido informada más ampliamente, o por otras causas con las que no estamos tan familiarizados, el otro hijo de Adán y Eva mencionado en la Escritura, fue llamado Abel, es decir, ‘aliento’ o ‘extinción’.” 1

 El Nuevo Exodo - Douglas Weaver

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry