Charles E. Newbold Jr.
Israel era
considerada por Dios como su desposada. Jeremías 3: 14.Dios fue fiel a ella,
pero ella era repetidamente infiel a Él. Intentó la fidelidad, ocasionalmente,
y hubo momentos de arrepentimiento y de restauración. Los reyes buenos purgaron
el templo de idolatría, pero ni siquiera completaron su obra totalmente. De
forma insistente, mantuvieron sus lugares altos.
De Salomón,
está escrito: “Salomón amó al Señor, andando en los estatutos de su padre
David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.” 1ª Reyes
3:3.
Asa hizo lo que era bueno a los ojos del
Señor. Desterró a los sodomitas de la tierra y quitó los ídolos de su padre;
privó a su madre, Maca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera; pero “los lugares altos no
se quitaron”. 1ª Reyes 15:11-14.
“Josafat anduvo en todos los caminos de Asa su
padre, haciendo lo que era recto a los ojos del Señor”, pero no quitó los
lugares altos. 1ª Reyes 22:43. Joás (2ª
Reyes 12:1-3), Amasías (2ª Reyes 14 :1-4), Jeroboam (2ª Reyes 15:32-34),
igualmente hicieron lo que era recto a los ojos del Señor, aunque no quitaron
los lugares altos.
Las Escrituras
nos dicen que Ezequías y Josías fueron los únicos reyes que quitaron los
lugares altos. Ezequías “hizo lo que era recto ante los ojos de Jehová,
conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. El quitó los lugares
altos, quebró las imágenes y cortó los símbolos de Asera” 2ª Reyes 18:3-4a. Nos
dice que Josías quitó los lugares altos “Y no hubo otro rey antes de él, que se
convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma, y de todas sus
fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él se levantó otro
igual.” 2ª Reyes 23:25. Pero a excepción de estos dos, un rey tras otro
tuvieron lo mismo en común: no quitaron los lugares altos.
Durante los
años que Josías era rey, el Señor preguntó a Jeremías si había visto lo que la
rebelde Israel había hecho. Dijo que había ido tras todo monte alto y debajo de
todo árbol frondoso, y había fornicado, y por todas las razones por las que la
Israel rebelde había cometido adulterio, Dios la había desechado y le había
dado carta de divorcio. Jeremías 3:6-8.
El Sistema de La Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr.
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