Davis y Clark
Aquí vemos el verdadero poder detrás del
trono de Babilonia. Como Tiro y Sidón, el verdadero rey de Babilonia es Lucifer.
Por la abundancia de sus mercaderías, fue lleno de violencia. El verdadero rey
de Babilonia es el que dijo en su corazón, “Ascenderé al cielo, exaltaré mi
trono por encima de las estrellas de Dios, me sentaré en el monte de la
congregación, en las partes extremas del norte. Ascenderé a las alturas de las
nubes. Seré como el Altísimo” (Isaías 14:13 -14). Esta es la descripción más
exacta del espíritu del anticristo. Él es el verdadero opresor. El es el traficante
de las almas de los hombres.
En Apocalipsis, leemos:
Y hacía que a todos, pequeños y grandes,
ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha,
o en la frente; 17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese
la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.” (Apocalipsis
13:16-17)
Creemos que es interesante el hecho de que la
Gran Ramera y sus hijas, que hicieron ricos a los mercaderes del mundo con sus
fornicaciones, sean introducidas solo cuatro capítulos después de la marca de
la bestia—la marca necesaria para comprar y vender—mencionada en el capítulo
trece. Están a la altura de sus coronas de oro en sus mercaderías.
Lo que es aún más notable es que el pueblo de
Dios sea atrapado en este engaño (lee Apocalipsis 18:4). La ramera y sus hijas
tomaron la marca de la bestia, o de lo contrario, no habría mercaderías entre
ellas. Esta Gran Ramera y sus hijas son un tipo profético de la Cristiandad
moderna (católica y protestante igualmente), y la mezcla en la que se ha
convertido.
Una Investigación un poco más profunda de los
capítulos diecisiete y dieciocho de Apocalipsis, deja todo esto como algo tan
obvio. ¿Por qué otra razón podía el ángel de Dios clamar, “Salid de ella, pueblo
mío y no participéis de sus pecados, no sea que también participéis de sus
plagas”? ¿Oirá Su pueblo esta terrible advertencia? La Ramera y sus hijas
siguen enriqueciéndose, aumentando en sus propiedades, mientras desplazan a
Jesús. A sus propios ojos, no necesitan nada, ni siquiera a Jesús.
Lo que vemos de la iglesia caída en Laodicea
es la forma embrionaria de la apostasía que seguiría después. Compara esta
iglesia descrita en Apocalipsis 3:14-22 con la descripción de la Gran Ramera.
Por causa de sus mercaderías y riquezas, piensa que no necesita nada. Considera
las siguientes comparaciones:
Espíritu de Babilonia en forma de semilla: “Porque
tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad.”
(Apocalipsis 3:17)
Espíritu de Babilonia desarrollado: “Y la
mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas
y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro (1) lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 5 y
en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE
LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Apocalipsis 17:4-5).
“Porque todas las naciones han bebido del
vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con
ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus
deleites.” Apocalipsis 18:3)
“Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en
deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda,
y no veré llanto” (Apocalipsis 18:7) “Y los mercaderes de la tierra
lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus
mercaderías; 12 mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas,
de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo
objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol;
13 y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de
harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres”
(Apocalipsis 18:11-13) Y todo queda en nada. “y no sabes que tú eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Apocalipsis 3:17b) “Yo
conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis
3:15,16)
“Los mercaderes de estas cosas, que se han
enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento,
llorando y lamentando, 16 y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba
vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de
piedras preciosas y de perlas! 17 Porque en una hora han sido consumidas tantas
riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos
los que trabajan en el mar, se pararon lejos” (Apocalipsis 18:15- 17)
Una advertencia divina: “Por tanto, yo te
aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y
vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez;
y unge tus ojos con colirio, para que veas” (Apocalipsis 3:18).
“Y los diez cuernos que viste en la bestia,
éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus
carnes, y la quemarán con fuego” (Apocalipsis 17:16)
Una invitación divina para venir a Él: “Yo
reprendo y castigo a todos los que amo;(1) sé,
pues, celoso, y arrepiéntete. 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo. 21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así
como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apocalipsis
3:18-21).
“Y oí
otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes
de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;” (Apocalipsis 18:4)
“Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni
voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los
grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las
naciones. 24 Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de
todos los que han sido muertos en la tierra” (Apocalipsis 18:23- 24). [Nota: No
solo le ha sido quitada su lámpara (lee Apocalipsis 2:5), sino que la lámpara
en sí ya no está más.]
La esposa se ha preparado, sigue al Cordero
por dondequiera que Él vaya, y no está corrompida por esas mujeres (lee Apocalipsis
14:4). ¿Qué mujeres? La ramera y sus hijas. ¿Recuerdas el capítulo tres en el
que leemos, “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así
como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”? Para gobernar y
reinar con Cristo en SU trono, tenemos que vencer. ¿Vencer qué? ¿Qué es lo que
hace tibio a un cristiano? El contexto tiene que ver con amontonar las riquezas
del mundo en el nombre de Jesús.
Es la mente laodicea la que confunde la
ganancia mundana con la bendición espiritual, no el Espíritu de Cristo. ¿Qué es
lo que tenía que vencer Jesús? Al comienzo de su ministerio terrenal, Satanás tentó
a Jesús para que usara el poder que Dios le había dado para su propia comodidad.
“Si eres el Hijo de Dios”, dijo Satanás, “ordena que estas piedras se vuelvan
pan”. Jesús también fue tentado a tomar para sí el reinado y la riqueza de las
naciones del mundo. “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le
mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, 9 y le dijo: Todo esto
te daré, si postrado me adorares. 10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás,
porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” (Mateo
4:8-10) Primero date cuenta cómo el diablo, tal y como es descrito en Isaías
14, ofrece los lugares altos más excelentes que quiere para él mismo.
Él está bastante contento de gobernar sobre
la humanidad por poderes. ¿Cuántos ministros de Dios comienzan con lo mejor de
sus intenciones de ser siervos humildes al pueblo de Dios y escuchan esta misma
tentación? Satanás los tienta para usar sus dones y obtener ganancia y el poder
para gobernar sobre los santos de Dios. ¿Cuántos se han convertido en
herramientas involuntarias en manos de este gran engañador, y son usados para
oprimir al pueblo del Altísimo?
Haran mercaderia de vosotros - Davis y Clark
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