Davis y Clark
Si vamos a tener poder del Reino para ser ministros
de Cristo, nosotros también debemos vencer esta misma tentación. Si no, nunca
podremos estar con Jesús y decir, “El Espíritu del SEÑOR está sobre Mí porque
Me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres, Me ha enviado a los
quebrantados de corazón, a proclamar libertad a los cautivos y vista a los
ciegos. A liberar a todos los oprimidos, a proclamar el año agradable del
SEÑOR.”
“Anda suelta en la iglesia la extraña noción
de que las iglesias sólidas que son independientes no pueden plantarse entre
los pobres, al menos no sin unas pesadas subvenciones y liderazgo de iglesias
más ricas. Hay verdad en esto—si lo que queremos decir es iglesias modeladas
conforme al patrón institucionalizado tradicional
de edificios muy costosos y organización burocrática. Pero si nuestra preocupación
es plantar iglesias del Nuevo Testamento, lo mejor será que echemos un segundo
vistazo al evangelio del Nuevo Testamento, y lo que dice respecto de los pobres.
” Hoy día, plantar iglesias en realidad trata
de ministrar a los ricos solamente. Los que plantan iglesias estudian la
demografía de la comunidad para evitar a los pobres y necesitados. Pronto expulsan
a las ovejas con problemas reales viéndolas como gente “con un alto costo de
mantenimiento”. Hoy, el crecimiento de iglesia y el plantar iglesias trata exclusivamente
del éxito material, y la maquinaria de los que plantan iglesias saca poco
provecho de estos necesitados. Qué distinto es todo esto del consejo de
Santiago, que escribió las siguientes palabras: Hermanos míos, que vuestra fe
en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. 2 Porque si
en vuestra congregación entra un hombre
con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido
andrajoso, 3 y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís:
Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o
siéntate aquí bajo mi estrado; 4 ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos,
y venís a ser jueces con malos pensamientos? 5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No
ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y
herederos del reino que ha prometido a los que le aman? 6 (Santiago 2:1-6)
Nosotros damos honra a los ricos que son
pobres en fe y explotamos a los pobres que son ricos en fe.
Todo esto solo va de honrar las técnicas del
marketing moderno. Considera estas advertencias de Jesús por un momento al
considerar los méritos de la mercadería y de la Iglesia: “y dijo a los que
vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.” (Juan 2:16) “Volvió a
enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado
mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está
dispuesto; venid a las bodas. 5 Mas ellos, sin hacer caso, se fueron,
uno a su labranza, y otro a sus negocios” (Mateo 22:4-5)
La
iglesia apóstata se ha prostituido y está en la cama con los mercaderes del
mundo, sin más vuelta de hoja. ¿Por qué estamos ciegos que no podemos verlo?
Tenemos que tomar nuestra decisión de seguir
al Cordero por donde quiera que Él vaya. Ni quedó piedra sobre piedra en el
Templo de Herodes, que había sido el hogar del bazar de Anás antes de que Jesús
profetizara su destrucción. Ni tampoco quedará piedra sobre piedra en la casa
de Babilonia la Grande, y sus hijas, que hacen mercadería de las cosas de Dios.
El Padre está separando el trigo de los abrojos, lo santo de lo profano, las
ovejas de las cabras, los justos de los injustos, y las vírgenes sabias de las
vírgenes necias.
El Padre tendrá muchos hijos maduros en Su
gloria, el Hijo tendrá una esposa gloriosa completamente dedicada a Él y el
Espíritu tendrá Su glorioso templo hecho de piedras vivas. Existe la Iglesia y
la iglesia. Existe la ramera y la esposa. Todo el mundo parecerá estar en el mismo
barco en este tiempo, pero no es así para los que hayan salido de ella (Apocalipsis
18:4). Recuerda que son los puros de corazón los que verán a Dios como Él es. Es
la esposa de Cristo la que se prepara para Su Reino, rehusando la influencia de
las riquezas de este mundo. ¿Buscaremos un reino para nosotros mismos en esta
tierra, o daremos oído al consejo del escritor de Hebreos?
“Por lo cual también Jesús, para santificar
al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. 13 Salgamos,
pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; 14 porque no tenemos aquí
ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.” (Hebreos 13:12-14)
Cuando el Espíritu comenzó a moverse en mí en
lo profético, me advirtió que no fuera detrás de ninguna ganancia mundana por
el uso de Sus dones o terminaría como Gezi, el siervo de Eliseo (lee 2ª Reyes 5)
Anoche compartía con algunos amigos y
compañeros en la fe de Alaska, contándoles sobre mi experiencia con la sanidad
física. Les conté sobre una señora que tenía cáncer y por la que mi esposa y yo
mismo habíamos orado. Parte del requisito que exigía para orar por ella era que
no conociera ni mi nombre ni mi dirección, y que no buscaba absolutamente nada
que ella tuviera o que pudiera dar.
La hermana poseía un antiguo rancho que un
día había sido un centro de retiros cristiano hasta la muerte de su esposo.
Ahora se usaba como criadero de caballos, además de tener una gran casa de
huéspedes con apartamentos de donde ella obtenía sus ingresos. Su cáncer estaba
en un estado avanzado cuando oramos por ella y su hijo político tuvo que
sacarla del dormitorio en silla de ruedas. Parecía muy cerca de la muerte.
Después de orar no vi resultados visibles, pero escuché después que había sido
totalmente sanada y dimos gloria a Dios. ¡No solo había sido totalmente libre
del cáncer sino que Jesús había obrado en su delicada vista e incluso dejó de llevar
gafas!
Supe que muchos pastores y ministros de los
alrededores habían estado en su lugar, queriendo orar por ella, pero todos
querían estar en su testamento para poder echar mano de esas instalaciones a su
muerte. Cuando fuimos a verla meses más tarde, era un cuadro de salud y de
vitalidad. Pero tenía una pregunta para mí. Dijo: “¿Cómo es posible que el
pastor de la iglesia más grande en nuestra zona, viniera a orar por mi cáncer,
se marchara, y que él mismo se llevara el cáncer para morir seis meses más
tarde? No tenía ninguna respuesta hasta que estaba contándole a nuestros amigos
de Alaska sobre lo que había sucedido con ella, y sobre la advertencia que Dios
me había dado hacía unos cuantos años. ¡La luz finalmente se encendió! El
pastor Megaiglesia que había ido a orar por esta hermana con una motivación
oculta, ¡fue víctima del Síndrome de Gezi! Cuando el siervo de Elías corrió
detrás de Naamán para conseguir los dones que Eliseo había rechazado después de
que el sirio hubiera sido sanado, Gezi se quedó con la lepra de Naamán y la
tuvo hasta su muerte. Lo mismo sucedió aquí con el cáncer.
Dios no juega con nuestros deseos por las
cosas del mundo cuando ministramos en Su nombre usando Sus dones. Otra cosa
parece que puede aplicarse a esto. Cuando nos mostramos fieles en lo poco, aún
más es lo que vamos a recibir.
Pero todo es acortado cuando buscamos las
recompensas temporales en lugar de esperar en el Señor en Su reposo para
nuestra provisión. ¿Cómo es que podemos buscar las recompensas del mundo
durante estos meros 70 años, contraponiéndolas a la eternidad de las recompensas
celestiales de Dios? ¿Oiremos las advertencias de Jesús o acabaremos como la
esposa de Lot? “En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa,
no descienda a tomarlos; y el que en el
campo, asimismo no vuelva atrás 32 Acordaos de la mujer de Lot. 33 Todo el que
procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.”
(Lucas 17:31-)
Haran Mercaderia de Vosotros - Davis y Clark
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