Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


15 de septiembre de 2012

EL DIA DEL SEÑOR, UN DIA DE OSCURIDAD


George Warnock

El día de la oscuridad es el resultado inevitable de la llegada de la gloria de Dios en medio de Su pueblo. Y así, por supuesto, hay tribulación, porque los que aborrecen la verdad ciertamente se levantarán en contra de la luz. No había ninguna reprobación por el pecado en la tierra hasta que Cristo entró en la escena. Pero cuando Él vino como Luz al mundo, los que amaban la oscuridad Le aborrecieron más intensamente, siendo Su propia presencia un mayor objeto de ira por parte de ellos.

Egipto no había conocido una hora de mayor oscuridad en su historia como el día de la redención del pueblo de Dios. Y al acercarse ese día, se nos dice: “Hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones.” (Éxodo 10:22-23).

Y así, cada vez que el Señor se levantaba a favor de Su pueblo e iba delante de ellos contra el enemigo, siempre parecía haber un desdoblamiento de Su gloria con desolación y juicio: “Día oscuro y lúgubre…” ¿Por qué? Porque la “mañana” se “extiende sobre las montañas” como el “gran pueblo” de Dios se prepara para la batalla. Y “todos los rostros se ensombrecen…” ¿Por qué? Porque “delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden…” (Lee Joel 2:2-11).

Parece tan distinto a Dios; y parece tan distinto de Su pueblo que anda en verdad y amor. ¿Pero de qué va todo esto? Es un pueblo tan disciplinado por la Cruz y que camina en tal amor y verdad que se convierte en un tormento a los que caminan en oscuridad.
 
No pienses ni por un instante que la razón por la que vivimos en paz y contentamiento es porque nuestra sociedad es democrática. Es más bien PORQUE NOS FALTA LA GLORIA QUE ATORMENTA A LOS HACEDORES DE MALDAD. Nuestras débiles marchas y protestas son aceptadas por las masas como el derecho democrático del pueblo. Pero en ese día habrá persecución abierta. Y los juicios de Dios caerán cuando la espada afilada de la Palabra salga de aquellos corazones que han experimentado el rechazo, la humillación, la debilidad y la pobreza de espíritu.

No hay oscuridad ni mal en Dios. Pero cuando la luz es rechazada, hay oscuridad. Cuando el amor es rechazado, hay odio. Cuando la paz es rechazada (el Príncipe de Paz) hay guerra.

Leemos en las Escrituras como el sol se torna en oscuridad y la luna en sangre. Es porque Dios Se ha levantado de Su Santa morada (la Iglesia) para juzgar al mundo por su iniquidad.

“El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra” (Joel 3:15-16). Pablo nos dice que el significado de que los cielos y la tierra  tiemblen es que Dios está sacudiendo todo lo que puede ser sacudido, para que permanezcan las cosas que no pueden ser sacudidas. (lee Heb. 12:27-28)

 ¿Quienes Sois? - George Warnock

No hay comentarios.:

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry