George Warnock
El
día de la oscuridad es el resultado inevitable de la llegada de la gloria de
Dios en medio de Su pueblo. Y así, por supuesto, hay tribulación, porque los
que aborrecen la verdad ciertamente se levantarán en contra de la luz. No había
ninguna reprobación por el pecado en la tierra hasta que Cristo entró en la
escena. Pero cuando Él vino como Luz al mundo, los que amaban la oscuridad Le
aborrecieron más intensamente, siendo Su propia presencia un mayor objeto de
ira por parte de ellos.
Egipto no había conocido una hora de mayor oscuridad en
su historia como el día de la redención del pueblo de Dios. Y al acercarse ese
día, se nos dice: “Hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por
tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres
días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones.” (Éxodo
10:22-23).
Y
así, cada vez que el Señor se levantaba a favor de Su pueblo e iba delante de
ellos contra el enemigo, siempre parecía haber un desdoblamiento de Su gloria
con desolación y juicio: “Día oscuro y lúgubre…” ¿Por qué? Porque la “mañana”
se “extiende sobre las montañas” como el “gran pueblo” de Dios se prepara para
la batalla. Y “todos los rostros se ensombrecen…” ¿Por qué? Porque “delante de
él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se
oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová dará su orden
delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que
ejecuta su orden…” (Lee Joel 2:2-11).
Parece tan distinto a Dios; y parece tan
distinto de Su pueblo que anda en verdad y amor. ¿Pero de qué va todo esto? Es
un pueblo tan disciplinado por la Cruz y que camina en tal amor y verdad que se
convierte en un tormento a los que caminan en oscuridad.
No pienses ni por un
instante que la razón por la que vivimos en paz y contentamiento es porque
nuestra sociedad es democrática. Es más bien PORQUE NOS FALTA LA GLORIA QUE ATORMENTA
A LOS HACEDORES DE MALDAD. Nuestras débiles marchas y protestas son aceptadas
por las masas como el derecho democrático del pueblo. Pero en ese día habrá
persecución abierta. Y los juicios de Dios caerán cuando la espada afilada de
la Palabra salga de aquellos corazones que han experimentado el rechazo, la
humillación, la debilidad y la pobreza de espíritu.
No
hay oscuridad ni mal en Dios. Pero cuando la luz es rechazada, hay oscuridad.
Cuando el amor es rechazado, hay odio. Cuando la paz es rechazada (el Príncipe
de Paz) hay guerra.
Leemos
en las Escrituras como el sol se torna en oscuridad y la luna en sangre. Es
porque Dios Se ha levantado de Su Santa morada (la Iglesia) para juzgar al
mundo por su iniquidad.
“El
sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová
rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la
tierra” (Joel 3:15-16). Pablo nos dice que el significado de que los cielos y
la tierra tiemblen es que Dios está
sacudiendo todo lo que puede ser sacudido, para que permanezcan las cosas que
no pueden ser sacudidas. (lee Heb. 12:27-28)
¿Quienes Sois? - George Warnock
No hay comentarios.:
Publicar un comentario