Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


3 de diciembre de 2014

CONSIDERA A DÉBORA Y BARAC


George Warnock

Débora era profetisa. Dios le había dado una palabra certera, puesto que ésta es la prueba final de la verdadera profecía. El pueblo de Dios venía a ella para buscar la palabra del SEÑOR en su hora de conflicto y necesidad. El don que tenía de Dios no la exaltaba. Qué gracia tan tremenda Dios ha tenido que haber obrado en las vidas de Sus escogidos para que pudieran proclamar la pura palabra de Dios en poder y autoridad y con visión profética… y que ese vaso siga manteniéndose humilde y manso en Su presencia y delante de los hombres.

Muchas de nuestras mujeres sienten que tienen que vindicar su ministerio porque parece que vivan en un mundo de hombres. Quieren probar que tienen un don y un ministerio de Dios. Débora ni siquiera tuvo que viajar por el ministerio—“moraba bajo una palmera”, símbolo de paz y descanso y victoria en Dios. Pero el pueblo reconocía la palabra del Señor que había en su boca e iban a la casa de ella para escuchar lo que Dios tenía que decirles. Era una simple ama de casa, como cualquier otra mujer de Israel.

Cuando Dios dijo a Débora que sacara a Barac de Cedes-Neftalí, y le mandó que levantara un ejército de 10.000 hombres de Neftalí y Zabulón para librar al pueblo de Dios de las manos de Sísara, su único deseo parecía ser el de quedarse en casa. Simplemente se consideraba a ella misma como “una madre en Israel”. Las madres siempre están satisfechas de quedarse en casa y de cuidar de su familia. Fue la insistencia de Barac en que ella fuera con él, lo que hizo que cambiara de opinión. Y en lugar de jactarse por el hecho de que era necesaria en el frente de la batalla, reprochó a Barac por el temor que parecía tener. En su respuesta a Barac había una profecía que parecía implicar algo semejante a esto: si el hombre es infiel, Dios puede usar a una mujer para hacer la tarea de un hombre. Esto es lo que dijo:

“Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara.” (Jueces 4:9)

¡Madres de Israel! Tenéis un llamado muy alto. No os jactéis por el hecho de tener dones, por poder profetizar palabras certeras de parte del Señor u obrar milagros. Gloriaos de que Dios os haya hecho “vasos más frágiles” para que podáis conocer como la Débora de antaño, la fuerza y la sabiduría del poderoso Dios de Israel. Regocijaos en el ministerio que Dios os ha dado en vuestro propio hogar y familia y bajo vuestra propia palmera. ¡Y al enseñar a vuestros pequeños los caminos del Señor, puedan ellos crecer para llamaros BENDITAS!

 Quienes sois? - George Warnock

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry