Michael Clark
Con todo esto en mente,
¿Qué actitud debemos tener hacia el pueblo de Dios como sus sacerdotes?
Jesús dijo: Pero él les
dijo: “Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas
tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el
mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve”
(Luc. 22:25,26). Cuando los discípulos estaban discutiendo sobre si quien sería
el mayor en el reino, él sentó a un pequeñito en medio de ellos y dijo: “De
cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el
reino de los cielos.” (Mat. 18:1-3)
Hoy en día en la iglesia
este concepto de liderazgo misericordioso desde una posición de niñez y
debilidad casi se ha perdido. En vez de eso, hay dos aspectos dinámicos que
restringen el crecimiento espiritual de la iglesia. Un aspecto de esto es la
mentalidad de “Danos un Rey” (vea 1 Sam. 8), y el otro, hombres que “aman la
preeminencia” (3 Jn. 9), tomando control de la iglesia. Ambos restringen la
vida de la iglesia en el Espíritu Santo y la cortan de la bendición de Dios.
Los israelitas en el
desierto se rebelaron contra Dios y dijeron: Designemos un capitán, y volvámonos
a Egipto. (Num. 14:4). Cuando queremos hacer de un hombre nuestro líder, le
estamos diciendo a Dios que queremos volver a Egipto. El estilo de liderazgo de
“la “orquesta de un solo hombre” no es la manera de Dios, ni los hombres buenos
lo desean.
Moisés clamó a Dios que
dirigir a los hijos de Israel en el desierto era una carga muy pesada. Pidió
ayuda. Dios estuvo de acuerdo en tomar de la unción de Moisés y ponerla sobre
otros setenta ancianos, quienes se probaron a sí mismos, para que ellos también
pudieran dirigir. Cuando la unción cayó sobre ellos, todos profetizaron
continuamente, aun dos de ellos que no estaban presentes en el momento sino que
estaban en algún lado del campamento. Josué quiso prohibir a Eldad y Medad de
profetizar porque estaban fuera “haciendo otras cosas”. Moisés ejemplificó el
corazón de Dios cuando dijo a Josué: “¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el
pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos”.
(Num. 11:29)
El liderazgo misericordioso
nunca está amenazado cuando Dios guía a otros a ministrar en los dones que Dios
les ha dado. En Marcos 9 los discípulos encontraron a uno que no estaba entre
ellos echando demonios en el nombre de Jesús. Ellos le prohibieron hacer esto,
pero cuando reportaron el incidente a Jesús, él los sorprendió contestando: “No
se lo prohibáis… porque el que no es contra nosotros, por nosotros es”.
Los discípulos de Juan
el Bautista fueron amenazados cuando ellos se dieron cuenta que Jesús, a quien
Juan había bautizado, estaba ahora bautizando más discípulos que Juan. La
respuesta del profeta está registrada en Juan 3:26-30: “No puede el hombre
recibir nada, si no le fuere dado del cielo… Es necesario que él crezca, pero
que yo mengüe”.
Las cartas de Pablo
repetidamente alientan a los miembros del cuerpo de Cristo a edificarse los
unos a los otros. Algunos de los pasajes más notables se encuentran en 1
Corintios. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.
Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de
operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a
cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. …Pero todas
estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere. (1 Cor. 12:4-11). Pablo también dice: “¿Qué hay,
pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene
doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo
para edificación” (1 Cor. 14:26). Otros pasajes relacionados son Rom. 12:6; 1
Cor. 7:7; Efe. 4:7-13; 1 Tes. 5:20; y 1 Cor. 14:39.
¿Puede usted ver que los
líderes de Dios nunca se ven amenazados por el ministerio o llamado de otro
hombre? Por el contrario, ellos alientan a que otros prosigan en su llamado y son siervos
de aquel llamado. ¿Dónde hay esta clase de líder hoy en día? Mi experiencia es
que hay pocos y muy distantes entre ellos.
La Ley y la Iglesia - Michael Clark
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