Charles E. Newbold Jr
Tanto si decimos que
estamos “en EL Ministerio“ o que “tenemos un Ministerio”, asumimos algo que es ajeno a la idea del ministerio
del Nuevo Testamento. EL Ministerio con “M” mayúscula es un concepto
babilónico, mientras que la idea de ministros con “m” minúscula es bastante
neotestamentaria. No tenemos “un”
Ministerio. Todos somos el ministerio de Cristo. EL Ministerio, tal y como ha
sido conceptualizado, es un estorbo al verdadero ministerio del Nuevo
Testamento, porque reprime a los santos del cumplimiento de sus ministerios. EL
Ministerio está en directa oposición al verdadero ministerio del Nuevo
Testamento.
La palabra “ministerio”
en el Nuevo Testamento se traduce de diversas palabras griegas. Doulos (esclavo) y diakonos (siervo) son dos de los términos que han sido traducidos
como “ministerio”. Todos los santos son ministerios/siervos de acuerdo con el
patrón establecido en el Nuevo Testamento. Aunque hay algunos a quienes el
Señor Jesús nombra apóstoles, profetas, evangelistas, pastores (ancianos) y
maestros, son dados al cuerpo para equipar a los otros santos para la obra del
servicio (ministerio). Efesios 4:11-12. Esos siervos que equipan (apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores y maestros) son posiciones clericales dentro
de la iglesia. No son oficios. El
término oficio no es una palabra griega del Nuevo Testamento. {15}. Los
nombramientos de siervo son funciones dentro del cuerpo de Cristo. Los que se
exaltan a sí mismos como apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros
son manchas en nuestros ágapes y nubes sin agua. Judas 12.
Los que tienen el manto
de un verdadero anciano no usan sus dones para enseñorearlo sobre los santos.
Se ven a sí mismos iguales que al rebaño. Pablo advirtió a los ancianos de
Éfeso cuando estaban con él en Mileto: “Mirad
por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos, para apacentar la Iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia
sangre” Hechos 20:28. Los
ancianos se encuentran entre las ovejas, y no colocados piadosamente sobre las ovejas.
Pablo les advirtió que
se guardasen en sus propios corazones porque después de su marcha, sabía que
entrarían lobos rapaces para atacar el rebaño. Algunos, en medio de ellos,
ganarían preeminencia, retorcerían la verdad, y atraerían a los discípulos para
conseguir que les siguieran. Hechos 20:29-30. Los Ministros de las iglesias de hoy son igualmente
territoriales. Persiguen a cualquiera que perciban como ladrones de “sus”
ovejas. ¡Parecen olvidar que los santos de Dios no son sus ovejas! ¡Son Sus
ovejas!
El siervo no busca
exaltarse a sí mismo—aumentarse en poder, posición, riquezas, y dominio. Está
contento de permanecer sin nombre y sin rostro para servir cuando, donde y como
el Espíritu Santo dirija. Hace esto sin esperar nada para el Yo.
El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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