George Warnock
Me da la sensación de
que el reino que prevalece ahí fuera, en la iglesia hoy día, es muy parecido al
mundo. Es un reino que se basa en el Gozo. ¿Quién podría negar que Dios quiera
que Su pueblo tenga “el gozo del Señor”?
Pero el gozo es el “fruto del Espíritu”. El gozo es el fruto que crece
de la viña de la verdad y la justicia. No es algo que intentas producir con
mucha buena música de moda. No es fabricada por los mecánicos de la alabanza y
de la adoración. No es el entusiasmo y la excitación que genera un artista que
sabe como levantar las emociones pero que no lleva el corazón al quebranto y al
arrepentimiento.
Es el “aceite del gozo”
que fluye de la oliva que ha conocido el quebranto y la presión en las tinajas
de los tratos de Dios.
Es el gozo de Sara, que
llama a su hijo recién nacido “Risa” (Isaac) por causa de la fidelidad de Dios
en producir fruto y bendición a una mujer de noventa años que había lamentado
durante mucho tiempo su esterilidad antes que Abraham y delante del SEÑOR.
Es el gozo de Ana, que
de igual forma conoció la tristeza de corazón y mucho reproche por ser estéril
inevitablemente. Pero llegó a ese punto en que pudo gozarse en un Dios que baja
a los altivos y los poderosos y exalta a los humildes—que lleva a desolación a
los que se han glorificado en su fruto y hace que la mujer estéril sea madre de
siete.
Es el gozo de José,
“cuyos pies fueron puestos en grilletes” y “cuya alma fue puesta en hierro”
pero que en el cumplimiento de los tratos de Dios en su vida, lloró por sus
hermanos con lágrimas de gozo y de victoria, y se gozó en las operaciones
soberanas de Dios en su vida—en el Dios que da “óleo de alegría en lugar de
cilicio”.
Es el gozo de Pablo, que
se consideró “feliz” de estar atado con cadenas, sabiendo que era libre porque
sabía que era “prisionero del Señor”.
La felicidad no es un
sentimiento que viene y va por causa de las circunstancias. No es algo que
tengas que obrar cuando vienes a la iglesia
después de una semana desgraciada en tu trabajo. Es ese estado
permanente de bendición que es tuyo en medio de la prueba, en medio de la
presión—porque sabes que estas caminando con Dios, haciendo Su voluntad y
reinando en vida por Cristo Jesús.
Coronado con Aceite - George Warnock
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