Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


6 de noviembre de 2014

EXTENSIÓN IDOLÁTRICA DEL YO


Charles E. Newbold Jr 

Por fuera, EL Ministerio parece ser una vida noble entregada al sacrificio del Yo; pero cuando lo interno es expuesto a la luz, se descubre una vida de egocentrismo y auto-exaltación. Como sucede con la Cosa que llamamos iglesia, así sucede con EL Ministerio. Puede ser igualmente una extensión idolátrica del Yo, algo que existe fuera de y en adición al que está en el ministerio. Es un manto que nos ponemos nosotros mismos que Dios no ha tejido para nosotros.

Hacemos algo de estar en el ministerio cuando suponemos, “Estoy en ministerio, por tanto, yo tengo un ministerio.” Muchos santos bien intencionados han comenzado Ministerios sobre el fundamento de un testimonio poco usual, o unos dones poco usuales. Es bueno compartir nuestros testimonios. Probablemente ésa sea la razón por la que los tenemos, pero no tenemos que entrar en EL Ministerio sólo porque tengamos un testimonio.

No tenemos que entrar en EL Ministerio sólo porque tengamos dones para evangelizar, profetizar, sanar, enseñar, cantar o predicar. No tenemos que entrar en EL Ministerio sólo porque sintamos el llamado de Dios al servicio. Dios nos ha llamado a todos a ministrar. Todos tenemos que hacer el ministerio de los santos.

Pablo, el apóstol, ilustró como todos somos miembros del cuerpo de Cristo y como cada uno tiene una función diferente. Estas funciones son dones y servicios de unos a otros, en el cuerpo. Pablo dijo que si tenemos el don de profecía, entonces hemos de profetizar de acuerdo con la medida de nuestra fe. Si tenemos el don para el ministerio, entonces tenemos que ministrar. Si enseñanza, enseñar. Si exhortación, exhortar. Si dar, dar con simplicidad. Si el de dirección, dirigir con diligencia, si muestras misericordia, entonces con alegría. Rom. 12:6-8. En ninguna parte sugiere él remotamente que hemos de comenzar una empresa, un nombre privado de entidad sin ánimo de lucro, darle nombre, y solicitar los fondos para que pueda ser quienes somos en el cuerpo de Cristo. Tan solo tienes que hacer conforme con quien tú eres.

Cuando comenzamos en EL Ministerio, comenzamos algo que Dios no ha comenzado, porque estamos queriendo algo para el Yo. Nos volvemos posesivos de esta cosa que llamamos Ministerio. Nos referimos a ello como “MI Ministerio”, o “ESTE Ministerio”. Incluso lo convertimos en un negocio. Le damos nombre, lo legalizamos, le preparamos una base de datos, solicitamos los fondos para ello, y traficamos con nuestros dones, como mercadería de una tienda de toma y dame.

 El Sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr 

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry