Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


28 de julio de 2018

DIOS DEBE REVELARSE A SI MISMO


George Warnock

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”(Juan 1:1,14). Porque Él es Dios, debe darse a conocer, debe revelarse. Él es Vida esencialmente, Vida inherente, y la Vida tiene que mostrarse viva. Esa Vida es Luz. La Luz tiene que brillar, porque la Luz se revela a sí misma. El Nombre de Dios habla de todo lo que Él es en la naturaleza de Su ser; pero la Palabra habla de este mismo Dios declarado y hablado. Así, leemos “Porque has engrandecido tu palabra conforme a todo tu nombre.” (Salmos 138:2). ¿Por qué está la Palabra por encima de Su nombre? Porque Dios es más glorioso en la expresión de Su ser que en recluirse a Sí mismo de Su creación. ¿Qué es una palabra, sino la declaración y la revelación de lo que hay en tu mente y corazón? Las palabras nos fallan muchas veces, por causa de nuestra incapacidad para decir claramente lo que queremos decir. Pero en Cristo el Logos, la Palabra, la expresión del corazón y el ser de Dios fue tan completa que el Verbo era Dios mismo, brillando en el rostro de Jesucristo:

El SEÑOR me poseyó al principio de su camino, Antes de sus obras de tiempos pasados.
Desde la eternidad fui establecida, Desde el principio, desde los orígenes de la tierra.
Cuando no había abismos fui engendrada, Cuando no había manantiales abundantes en aguas.
Antes que los montes fueran asentados, Antes que las colinas, fui engendrada,
Cuando El no había hecho aún la tierra y los campos, Ni el polvo primero del mundo.
Cuando estableció los cielos, allí estaba yo; Cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo,
C
uando arriba afirmó los cielos, Cuando las fuentes del abismo se afianzaron, Cuando al mar puso sus límites
Para que las aguas no transgredieran su mandato, Cuando señaló los cimientos de la tierra,
Y
o estaba entonces junto a Él, como arquitecto; Y era su delicia de día en día,
Regocijándome en todo tiempo en su presencia, Regocijándome en el mundo, en su tierra,
Y
teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.”
(Proverbios 8:22-31)

Aquí estaba el Logos, la Palabra del Dios eterno... anhelando expresarse, manifestarse, para revelar el corazón del Padre. Estaba ahí en cada fase de la obra creativa de Dios. “Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:3). Era el artífice divino, aparentemente separado de Dios porque Él procedía de Él para vivir con los hombres... pero Él era la Palabra del Padre en carne. Y reveló al Padre tan absoluta y completamente que no faltó nada del carácter y de la naturaleza de Dios en nuestro Señor Jesús mientras anduvo aquí en la tierra.

El huerto de Dios - George Warnock

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry