Michael Clark, George Davis
Fue
mientras que Saulo estuvo allí en Antioquía que otra gran
transformación ocurrió en su vida y ministerio. Leamos el relato en
su totalidad para ver los pasos finales del nacimiento de un apóstol:
Había
entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros:
Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el
que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Ministrando
éstos al Señor, y ayunando,
dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra
a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les
impusieron las manos Y LOS DESPIDIERON [dejar
libres, dejar ir, dar de baja, no detener más].
Ellos, entonces, enviados
por el Espíritu Santo,
descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. Y llegados a
Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los
judíos. Tenían también a Juan de ayudante. Y habiendo atravesado
toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta,
judío, llamado Barjesús, que estaba con el procónsul Sergio Paulo,
varón prudente. Este, llamando
a Bernabé y a Saulo,
deseaba oír la palabra de Dios. Pero les
resistía
Elimas,
el mago
(pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al
procónsul. Entonces
Saulo, que también es Pablo,
LLENO
DEL ESPÍRITU SANTO,
fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda
maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de
trastornar los caminos rectos del Señor? Ahora, pues, he aquí la
mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol
por algún tiempo.
E
inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando
alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. Entonces el
procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la
doctrina del Señor. Habiendo zarpado de Pafos, Pablo
y sus compañeros
arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos,
volvió a Jerusalén.
(Hch. 13:1-13)
Note
la transición aquí. Todo empezó con una reunión de oración donde
profetas y maestros, incluyendo Bernabé y Saulo, estaban ayunando y
ministrando al Señor. Es de notar que en toda la larga lista de
aquellos que asistieron a esta reunión, Saulo es mencionado el
último. El que excedía a todos sus pares en la religión Judía
estaba ahora último en la ekklesia
de Dios.
Dios
lo tenía exactamente donde quería. También, cuando Bernabé y
Saulo son mencionados conjuntamente, Bernabé es mencionado primero.
Mientras
ministraban al Señor, el Espíritu Santo habló una voz de
separación, “APARTADME a Bernabé y a Saulo para MI…”
Considere por un momento la verdadera naturaleza de esta separación.
Este era un llamado que cortó toda conexión humana, un llamado a
dejarlos
ir, un llamado a ser puestos a un lado solamente POR y PARA el
Espíritu de Dios. Era un llamado a ser llenado, guiado, y apoderado
solamente por el Espíritu de Dios. ¡Algo estaba por cambiar! Antes
de esto, Bernabé y Saulo no habían sido completamente SEPARADOS por
el Espíritu para la obra. Ellos habían enseñado y predicado el
evangelio en los días anteriores ¡pero algo estaba por suceder!
Que
sepamos, Saulo no había realizado ningún milagro antes de esto.
Nuevamente vemos a Saulo siendo separado, primero para el Espíritu
Santo y luego para la obra. Luego, después de más ayunos y
oraciones, impusieron manos sobre ellos y los
dejaron
ir.
¡Por
favor óigannos! ¡Estos hermanos no fueron enviados por la iglesia;
fueron
enviados por el Espíritu Santo! Fueron
guiados a salir. ¡Todo lo que fue requerido de los otros hermanos en
esa reunión fue que LOS DEJEN IR!
Eso
es exactamente lo que hicieron. Oraron y los impusieron manos y los
dejaron ir. Ellos no los enviaron a nada. Ellos simplemente los
dejaron libres para ser plenamente guiados por el Espíritu de Dios,
para izar sus velas y para ser dirigidos por SUS vientos (Vea Juan
3:8).
Bernabé
y Saulo navegaron a Pafos, donde conocieron a un mago y falso profeta
llamado Barjesús, el cual les estorbaba de cualquier forma que
podía. Note que Bernabé aquí todavía es mencionado antes que
Saulo. Finalmente, en el versículo nueve, Saulo (que también es
Pablo), LLENO DEL ESPÍRITU SANTO, pronunció ceguera sobre este
“hijo del Diablo”, quien después de esto tuvo que ser guiado de
la mano por una temporada. ¡Como resultado el procónsul estaba
asombrado de la doctrina del Señor, y creyó!
En
el versículo 13 leemos estas palabras fundamentales: “Habiendo
zarpado de Pafos, Pablo
y sus compañeros
arribaron a Perge de Panfilia…” ¡Aleluya! ¡Saulo ha muerto!
¡Pablo ha nacido!
Ahora
es “Pablo y sus compañeros”. Cuando el Rey Saúl era pequeño en
sus propios ojos, Dios lo pudo usar. Así también aquí. Saulo de
Tarso había crecido dentro de su nuevo nombre, Pablo – Paulus –
pequeño o chico. El desierto había hecho su obra. Dios da gracia a
los humildes y resiste a los soberbios. Aquí vemos algo dicho de
Pablo que nunca antes había sido dicho de él: “LLENO DEL ESPÍRITU
SANTO”. No hay dudas que en el pasado él había estado lleno de
celo, pero ahora, habiendo sido completamente separado para el
Espíritu, él estaba LLENO DEL ESPÍRITU y de poder. Como profetizó
el profeta Zacarías: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi
Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:6). El
camino para arriba es hacia abajo, y el camino para abajo es hacia
arriba. Como lo indica la vida de Pablo, la preparación para ser un
apóstol primero consiste en un vaciamiento y lijado de la vieja vida
de Saulo (Fil. 3:4-8) y luego de un llenado del Espíritu.
Ahora
que hemos visto el nacimiento de un apóstol verdadero, vamos a
compararlo con la red apostólica que está apareciendo en el centro
del escenario, vitoreado por muchos en la cristiandad de estos días.
El sistema de la Iglesia Ramera - Michael Clark, George Davis
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