Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


4 de julio de 2018

ELLA MATA A LOS PROFETAS DE DIOS


Charles E. Newbold Jr

La Jezabel de Acab se caracterizó por haber matado a los profetas del Señor. 1ª Reyes 18:4,13. El Señor vengó la sangre de Sus siervos los profetas y la sangre de todos los siervos del Señor de la mano de Jezabel (2ª Reyes 9:7) ungiendo a Jehú, uno de los capitanes de Acab, para ser Rey de Israel y dandole instrucciones de aniquilar a la casa de Acab.

La Jezabel de Acab y LA MADRE DE LAS RAMERAS comparten esta reputación: ambas mataron a los profetas de Dios. Apocalipsis 17:6 describe a una mujer “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús”. Apocalipsis 18:24 dice que “Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que habían sido muertos en la tierra.”

Sus poderes van mucho más allá de los de una mujer convincente. Estaba asociada a los poderes de la oscuridad—alguien a quien esquivar, alguien de quien huir. Elías tenía sentido común suficiente para saber esto. Había ganado una poderosa victoria para el Señor sobre el Monte Carmelo. Fuego descendió del cielo a su petición y consumió los altares de los profetas de Jezabel. Después Elías mató a todos los 450 de sus profetas a espada en el arroyó de Cisón. 1ª Reyes 18:20-40. ¡Que valentía! ¡Que confianza en Dios! Después, cuando “esa mujer Jezabel” amenazó con hacerle lo que él había a hecho a los profetas de ella, huyó por su vida, e hizo sabiamente. Reconocía la profundidad del mal en ella. Huyó una jornada de camino hacia el desierto, se sentó bajo un enebro y rogó al Señor que tomara su vida. 1ª Reyes19:1-4.

Este espíritu en Jezabel ya estaba conspirando en Israel durante el tiempo de los Jueces, cuando Sansón se entregó tontamente a Dalila, una mujer en el Valle de Sorec. Ella le indujo a que le revelara el secreto de su fortaleza, lo que le costó su fuerza, su libertad, su vista, y finalmente, su vida. Jueces 16:4-22.

Juan el Bautista, el profeta, cayó víctima de este espíritu atroz. Mateo 14:1-12. Juan había condenado a Herodes por tomar a la esposa de su hermano, Herodías. Herodes quería matar a Juan, pero temía a la multitud que consideraba a Juan profeta. En la celebración de su cumpleaños, la hija de Herodías bailó ante la ilustre multitud del cumpleaños. Su actuación fue tan grata que Herodes locamente le ofreció cualquier cosa que pidiese, hasta la mitad de su reino. Su madre no desaprovechó el tiempo animándola a pedir la cabeza de Juan. La Biblia dice que Herodes se sintió mal, pero se había jactado de su promesa a oídos de toda la multitud presente, y no podía echarse atrás. La cabeza de Juan cayó y el espíritu de Jezabel se había cobrado la vida de otro profeta de Dios.

Si Jezabel no puede matar al profeta de Dios abiertamente, tratará de seducirlo a cometer algún acto inmoral, ilegal o sin escrúpulos para descarrilarlo. La historia de José y la esposa de Potifar es el ejemplo clásico de este tema en las Escrituras. Aunque había sido comprado como esclavo, José halló favor con Potifar y Dios bendijo a Potifar por causa de la presencia de José en su casa. Potifar confió la administración de su casa y de sus riquezas a José.

La esposa de Potifar era otro asunto. Tenía motivos sexuales hacia José e intentó seducirlo en su cama. José, siendo un hombre de integridad, rehusó sus seducciones. Ella le atrapó. Agarró su manto al huir de ella, y lo llevó a Potifar, acusándole falsamente de haber intentado abusar de ella. Aunque Potifar le encarceló, el espíritu de Jezabel finalmente fracasó, porque Dios usó el encarcelamiento para guiarle a su destino-el asiento de honor y de confianza en la casa de Faraón. Gén. 39:7-20.

Proverbios 5:1-8 es una advertencia al hombre natural que se aplica al hombre espiritual igualmente: “Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia, inclina tu oído. Para que guardes consejo y tus labios conserven la ciencia. Porque los labios de la mujer extraña destilan miel y su paladar es más blando que el aceite, más su fin es amargo como ajenjo, agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen al Seol, sus caminos son inestables, no los conocerás, si no considerares el camino de la vida. Ahora pues, hijos, oídme y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino y no te acerques a la puerta de su casa.”

El espíritu de Jezabel en las iglesias de hoy no es nada menos que una amenaza a los siervos de Dios. Muchos siervos piadosos y genuinos de Cristo han sido dañados espiritual y emocionalmente, y excomulgados de las iglesias porque han buscado seguir la dirección del Espíritu Santo en contra de los intereses de sus rígidas tradiciones denominacionales.

Como Bob Hughey indica, “La ramera roba afecto, tiempo, energía, recursos financieros y semillas de la esposa”. Tal y como la semilla física de los humanos es el esperma, así, la semilla espiritual es la Palabra de Dios. Su Palabra es para su esposa. Hemos de recibir con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar nuestras almas. Santiago 1:21b.

El sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry