Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


2 de julio de 2018

EL ESPIRITU DE JEZABEL DEFINIDO


Charles E. Newbold Jr

El espíritu de ramera de Jezabel busca cualquier cosa para el Yo. Es la idolatría del Yo—del amor propio. Fil. 2:21 dice “Porque todos buscan los suyo propio no lo que es de Cristo Jesús”. El que busca lo suyo propio está enamorado de sí mismo... el amor propio es idolatría, y toda idolatría es prostitución espiritual. Nuestra naturaleza de pecado tiende al amor propio y su condición empeora por el engaño de espíritus demoníacos.

El espíritu de ramera esta presente en cuanto intentamos edificar algo en la carne para el Yo. En contraste, el Espíritu Santo está presente cuando afirmamos nuestros corazones para edificar sólo para ÉL y por Él. Nos engañamos a nosotros mismos cuando pensamos que nuestros grandes programas de construcción de iglesia son para ÉL. No lo son. Son para el Yo. Muchos cristianos bien intencionados pero mal informados, intentan explotar al Espíritu Santo para engrandecerse. Muchos falsifican la presencia del Espíritu Santo para hacer que su iglesia o sus cultos parezcan buenos. Esto está mal. No hemos recibido el Espíritu Santo para hacer que la ramera tenga buen aspecto.
El espíritu de Jezabel es aún más definido por sus hechos.

El sistema De la iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr

No hay comentarios.:

"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry