Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


21 de julio de 2018

LAS COSAS INVENCIBLES DE DIOS


George Warnock

Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado.” (Rom. 1:20).

¡Qué cosa tremenda es ésta! Que en cada cosa que Dios hizo tenemos una expresión de algún aspecto particular de la gloria y la sabiduría de Dios—para que el hombre pueda ver y oír y llegar a conocer a Dios. Y hasta que los corazones de los hombres se oscurecieran completamente por medio del pecado voluntario y de la desobediencia; lo que Dios creó se convirtió en la Palabra de Dios para ellos. Fue la única Biblia que los hombres tenían en esos principios tempranos. El apóstol nos dice como el hombre perdió su capacidad para conocer a Dios: “Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.” (Romanos 1:21). Esto inició al hombre en su largo camino a la apostasía, del que nunca se ha repuesto. En lugar de adorar a Dios, comenzaron a adorar a las cosas que Él había creado. En lugar de darle gracias por las cosas hermosas que Él había dado, comenzaron a adorar a las cosas hermosas. Hicieron mucho con los dones que Él había dado, pero deshonraron al Dador. Y esto es tan evidente en las así llamadas naciones cristianas como lo es entre las paganas. Cuando cualquier cosa que Dios haya hecho se interpone entre el hombre y su Creador, es idolatría. El materialismo es idolatría. El Humanismo es idolatría. Adular a algún don grandioso o a algún ministro con talentos que Dios haya puesto en la iglesia para edificar el cuerpo de Cristo, es idolatría.


Dios ha hecho cosas buenas para el hombre, y continua dándole dones y bendiciones maravillosas, para que a través de estas cosas, pueda descubrir a Dios y llegar a conocerle mejor. “Oídle”, es la voz de la Escritura así como la voz de la naturaleza. Lo que Él hizo tuvo su origen en el ámbito de lo invisible, pero no ha de ser venerado como Dios. “Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles.” (Heb. 11:2) Dios no creó el universo de la nada. Él sacó del ámbito de lo invisible—atributos, calidades, áreas de sabiduría y conocimiento que son inherentes a Él mismo. Cristo es en realidad esa Palabra, el Logos... Aquel a través de quién Dios hizo todas las cosas (Juan 1:3, Heb. 1:2). Es la expresión final del corazón y de la mente de Dios. Algunos afirman con valor: “La Biblia es la revelación final a los hombres, y no hay revelación aparte de la Palabra”. Esto es cierto si reconocemos que los autores de las Escrituras apuntan al Verbo mismo, el Logos, como Aquel que vino al mundo como la Palabra Final de Dios. Las Escrituras fueron escritas por inspiración del Espíritu y sólo pueden entenderse con la mente del Espíritu. Y así, el apóstol Pablo dijo: “De lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales con palabras espirituales.” (1ª Cor. 2:13). Comprendo que el pensamiento es: “combinando cosas espirituales con lo espiritual.”

Pablo recibió el espíritu de sabiduría y de revelación para poder alcanzar hasta ámbitos del Espíritu y traer verdades espirituales a los que habían recibido una mente espiritual por el nuevo nacimiento. Somos extremadamente dependientes del Espíritu Santo para cualquier cosa que recibamos de Dios, en cuanto al conocimiento y el entendimiento de la verdad. Y al ser ungidos nuestros ojos con el colirio del Espíritu, y al abrirse nuestros oídos para oír Su voz, sólo entonces podremos escuchar la voz de la Verdad. Sólo entonces comprenderemos los “misterios” de Dios. Vemos toda la tierra llena de Su gloria (Isaías 6:3); porque todas las cosas fueron creadas para ser alabanza y gloria al Dios que las creó.

El huerto de Dios - George Warnock

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry