Charles E. Newbold Jr.
¿De
qué forma podría la práctica de la brujería tener algo que ver
con la iglesia?
Mucho, y en muchas maneras. La experiencia de William es un ejemplo.
William
había sido llamado por los responsables de la iglesia
a
pastorear su pequeña comunidad independiente. Después de mucha
oración y consultas, su esposa y él estuvieron de acuerdo. Dejaron
su hogar para enfrentarse a los desafíos de la nueva obra. Él lo
cuenta así:
Sabía
desde el principio que Stella estaba en control de esta iglesia,
supongo que yo ignoré las banderas rojas. Este grupito había
decidido unánimemente que era la voluntad de Dios que yo fuera el
pastor, y después de mucha oración, acepté. Era engañoso al
principio, porque mis contactos iniciales eran con su marido y con
otro hombre. Después sucedió. Un incidente detrás de otro. Se
enfrentó a todo lo que yo hacía. Resistía mi predicación.
Controlaba las finanzas y la escuela cristiana que llevaba la
iglesia.
Lo hacía todo a través de su marido. Él era su voz.
Después,
los responsables de la iglesia me llamaron a una reunión. Sabía que
algo iba mal cuando llegué. Querían que yo estuviese en la iglesia
cada mañana a las seis para atender la llegada de los niños.
“Pensé
que queríais que pastorease la iglesia—que
pasara tiempo en oración, estudio y ministerio. El servicio de
asistencia nunca fue mencionado.”
“No
hay ningún hombre aquí. Necesitamos alguien aquí, si hay que
cambiar las bombillas”, respondieron.
“Un
momento”, dije, “Yo no vine aquí a cambiar bombillas.” Supe
entonces que no me querían por más tiempo, por lo que les pregunté
si creían que Dios me había enviado allí. Les desafié a pensar
sobre ello antes de que contestaran. Pregunté a cada uno de ellos y
cada uno respondió, “No”. “Entonces no necesitamos seguir con
esta reunión”, les dije.
El
marido de Stella dijo, “Bueno, estoy seguro de que podemos hacer
algo.”
“Hermano,”
contesté, “acabas de decirme que no piensas que Dios me hubiera
enviado aquí. Si no piensas que Dios me ha enviado aquí, entonces,
¿como quieres solucionar las cosas?” Aquel fue el fin de esa
relación. Fuimos expulsados un mes después de habernos mudado.
Stella
quería que William fuera el pastor de la iglesia siempre que ella
pudiera controlarlo y manipularlo para que hiciera lo que ella
quería. Sin embargo, surgieron problemas entre ellos cada vez que él
hacía o decía algo que amenazara el control de ella sobre las
cosas.
Ella
operaba en el espíritu de Jezabel y su marido ocupaba perfectamente
el papel de Acab. Cuando traían sus manipulaciones y sus asuntos de
control a la vida y los asuntos de la iglesia,
practicaban brujería en la iglesia—siendo
la brujería: cualquier
cosa que hagamos para manipular a los demás en contra de sus
voluntades para lograr nuestros deseos egoístas. Donde
quiera que se practique, no importa lo levemente que sea practicada,
la brujería sigue siendo brujería.
BRUJERÍA
EN LA IGLESIA
Las
personas practican la brujería en la iglesia
tan inconscientemente como la practican en la vida diaria. Es una
abominación para Dios cuando se practica en cualquier terreno, pero
más especialmente cuando se practica unos contra otros en la familia
de Dios.
Jesús
es la cabeza de Su cuerpo, los-llamados-fuera. El Espíritu Santo es
Su administrador. Los que siguen a Jesús son obedientes a Su
Espíritu Santo. El Espíritu Santo establece el Reino de Dios. Nunca
puede establecerse por mano de fortaleza humana y la práctica de la
brujería.
Cuando
los hombres asumen la cabeza o dirección sobre el cuerpo de Cristo y
las personas se someten a esa falsa cabeza, opera la carne, en lugar
del Espíritu de Jesús. El hecho de que términos tales como la
ambición, la impaciencia, la competición, el éxito, la promoción,
la contienda, la oposición, la conflictividad, el divisionismo, y la
falta de entrega sean comunes entre los que gobiernan las iglesias
y permanezcan en ellos, es evidencia suficiente de que están
operando en la carne.
La
naturaleza carnal del hombre es controladora y manipuladora—por
tanto, se involucra en la práctica de la brujería. Cuando lo que
tienes es encabezado por un hombre (o mujer), siempre estará bajo el
gobierno de la brujería—hombres edificando sus propios reinos bajo
el pretexto de ser el Reino de Dios.
Las
estructuras de las denominaciones y de las iglesias
institucionalizadas están encabezadas por hombres; por tanto, están
fuera del orden de las Escrituras. Los que gobiernan las iglesias
pueden decir que Cristo es la cabeza de su iglesia,
pero no lo es. No puede ser la cabeza de muchos cuerpos distintos. Él
es la cabeza de Su cuerpo. Hay un solo cuerpo de Cristo. Si Jesús
estuviera a cargo de estas organizaciones gobernadas por el hombre,
no habría necesidad de que muchos hombres y mujeres hicieran
política para obtener posiciones. Si Él fuera la cabeza de las
iglesias,
solo habría una iglesia porque solo hay un cuerpo de Cristo. Por el
contrario, las iglesias
están divididas unas contra otras.
Es
alarmante descubrir que esta Cosa que llamamos iglesia no es
gobernada por el Espíritu Santo, sino por la brujería. En palabras
del argot callejero de Bob Hughey, “Todo lo que se llama cristiano
y Espíritu Santo no lo es. Cuidado.”
El sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr.
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