Los Israelitas atravesaron el Jordán y se establecieron en la tierra prometida en su último campamento (Campamento No. 42) al final del éxodo, lo cual nos indica simbólicamente la libertad y conquista a la que esta llamada la iglesia al salir de la religión a una vida de libertad, en una relación directa, vital y real con Cristo Jesús; Cristo es símbolo de la tierra prometida y la herencia de los hijos de Dios.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en nosotros, separándonos del amor del mundo. La santidad es un cambio de naturaleza desde dentro como resultado de la obra de Dios en nosotros. No es lo que hacemos externamente, sino quienes somos por dentro, lo que importa a Dios.


5 de julio de 2018

DOS TIPOS DE ACERCAMIENTO



Virgilio Zaballos

En Lucas 7:36-50 nos encontramos con dos tipos de personas que representan dos diferentes maneras de conectar con el equilibrio. Veamos las características de cada una de ellas.

Simón el fariseo. Representa la religión organizada. A personas que se consideran equilibradas y por tanto su actitud es fría, sin entusiasmo, intrascendente. El sistema religioso frena la acción de un quebrantamiento genuino. Adiestra las conciencias para defenderse de la obra que el Espíritu Santo realiza para convencer de pecado. Canaliza el acercamiento a Dios sólo a través de sus fórmulas, dogmas, tradiciones etc. Todo lo que se sale de esos cauces es rechazado de manera mecánica. Los resultados son espantosos: La persona sigue igual, su vida no cambia ni se transforma y sigue adelante en un círculo vicioso de costumbres, hábitos, vanas repeticiones, etc

Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne” (Col .2: 20-23). Simón el fariseo escogió este tipo de acercamiento. Muy educado, pero vacío de corazón. Jesús le dijo: “... Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies... no me diste beso... no ungiste mi cabeza con aceite... aquel a quién se le perdona poco, poco ama”
(Lc.7:44-47).

La mujer pecadora. Representa al pueblo llano y sencillo, a los publícanos y pecadores del tiempo de Jesús. Los que son tomados por desequilibrados y “necesitados”, los pobres que necesitan ayuda -como vocifera el humanismo- porque no tienen muchas capacidades ni recursos. ¡Ay! ¡Que autosuficiencia tiene el hombre moderno! ¡Que soberbia elevada a todo lo que da! ¡Que gran dificultad para reconocer la precariedad del ser humano. Pero que gran sabiduría la de aquellos que reconocen su necesidad de Dios. Estos se acercan a Jesús pronto con calor y entusiasmo.
Sus corazones se desbordan en gratitud y quebranto porque el Mesias no los rechaza por su condición social; Si no que se deja encontrar por ellos. Los resultados de un acercamiento así son espectaculares: Estas personas reciben una vida equilibrada y en armonía. Son transformados por Dios y devueltos a una vida de utilidad y aprovechamiento. Es el caso de la mujer pecadora de nuestro relato.

Una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a rogar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume”. Jesús dijo de ella: ". . . Simón. ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa… mas esta ha regado mis pies con lagrimas, y los ha en enjugado con sus cabellos... ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies... ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho... Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados... Tu fe te ha salvado, ve en paz”.


El milagro de una Vida equilibrada - Virgilio Zaballos

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"Consuelo para los que están en este mundo, pero que no son de este mundo, y por tanto, son odiados y están cansados de él, es que no estarán para siempre en el mundo, ni por mucho tiempo más"

Matthew Henry