Charles E. Newbold Jr
El
espíritu de Jezabel busca asentarse como una reina. La Jezabel de
Acab gobernaba furtivamente. Era el poder que había detrás del
trono. El espíritu de Jezabel ha estado actuando históricamente a
hurtadillas, pero el Espíritu Santo revela que ella se colocará de
hecho abiertamente sobre el trono como hizo Atalía.
“Cuanto
ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de
tormento y llanto. Porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como
reina, no soy viuda y no veré llanto.”
Apocalipsis 18:7.Ya está sucediendo no solo en la iglesia,
sino en todas las áreas de la vida; se sentará como reina antes del
final de los tiempos.
El
Espíritu de Jezabel rechaza la autoridad del hombre. Está empujada
a usurpar la cabeza de su marido—haciéndose cargo de lo que Dios
ha encargado solo a él. Contesta por él, toma decisiones por él, y
le manipula para sacar sus planes. Usa el sexo, el llanto, las caras
largas, la confabulación, la auto-compasión, y la amenaza con
lograr lo que ella quiere. Esto está vívidamente ilustrado en el
siguiente capítulo sobre Nabot.
El
espíritu de Jezabel quiere más que ninguna otra cosa, gobernar en
las iglesias
y gobernar sobre los escogidos de Dios. Ella apunta al liderazgo
cuando puede. Los ancianos de una pequeña ciudad se reunían, oraban
y estaban de acuerdo unos con otros en cuanto a la dirección, hacían
lo que creían que el Señor les estaba guiando.
La
siguiente ocasión en que se reunieron, el anciano Juan había
cambiado de postura. ¿Por qué? Había ido a casa, lo había hablado
con su esposa y al no encajar en sus planes, ella le persuadió para
cambiar de opinión. Ella gobernaba sobre él; por tanto, ella
controlaba casi todo lo que sucedía en esta comunidad a través de
él. Él era un Acab y ella una Jezabel.
Jezabel
es movida por ambición y se caracteriza por ser la cabeza de la
mujer. El espíritu Santo estableció el orden de Dios para la cabeza
a través de Pablo. El escribió: “Pero quiero que sepáis que
Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la
mujer, y Dios, la cabeza de Cristo.” 1ª Cor. 11:3.
El
principio de dirección no es una cuestión de ciudadanía o de
grandeza. Ciertamente, tampoco favorece el comportamiento abusivo por
parte del marido ni obediencia ciega por parte de la esposa. Es un
asunto de jurisdicción. Es la responsabilidad de todo varón ante su
Cabeza, Cristo, de amar y cubrir a su esposa adecuadamente. El
entrenador Bill McCartney habló profundamente en el programa de
televisión NBC Today Show, el día 19 de Noviembre de 1997,
diciendo: “El llamado de todo varón es llevar a su esposa al
esplendor”. Un hombre piadoso será un verdadero pastor sobre su
casa. Dirigirá, alimentará, sanará y los atenderá.
Las
mujeres que usurpan la cobertura de sus cabezas, se abren a sí
mismas a espíritus engañadores. 1ª Cor. 11:10. Las mujeres que se
convierten en “el poder detrás del trono” o que de alguna manera
comienzan a ejercer autoridad sobre sus maridos, se abren a sí
mismas a un espíritu de Jezabel. 1ª Cor. 2:12-14. La cabeza o
dirección de la mujer está fuera de orden y es peligrosa. Hará
extraviar a los siervos de Dios.
Las
iglesias
establecidas en Babilonia están potenciadas por las influencias
secretas de los espíritus de Jezabel, y los Acabs son peones en sus
manos. Estos espíritus estarán disponibles y funcionando cuando
este sistema de la iglesia ramera esté en su sitio. Este sistema
idólatra de adoración al ego, atrae demonios como moscas a una
merienda.
El sistema de la Iglesia Ramera - Charles E. Newbold Jr
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