Amad a vuestros enemigos (Lc.6:27,35). En el amor no hay temor.Haced bien a los que os aborrecen (Lc.6:27,35).Bendecid a los que os maldicen (Lc.6:28).Orad por los que os calumnian ( Lc.6:28).Prestad no esperando de ello nada (Lc.6:35). Es el antídoto contra la avaricia.Sed misericordiosos como también vuestro Padre (Lc.6:36). Triunfa sobre el juicio.No juzguéis y no seréis juzgados (Lc.6:37). Ocupar el lugar de Dios es rebelión extrema.No condenéis y no seréis condenados (Lc.6:37).Perdonad y seréis perdonados (Lc.6:37). Es dejar ir libres a otros y despejar el camino para ser perdonados por Dios.Dad y se os dará (Lc.6:38). Es generosidad. Una libertad más elevada. Es un golpe al egoísmo. Nos coloca en posición de recibir las bendiciones de Dios.
Vivir en estas realidades del reino de Dios es sencillamente una vida sobrenatural. No está al alcance de los que oyen y no hacen; solo aquellos que oyen y deciden obedecer reciben la abundancia de la gracia (Ro.5:17) para poder hacer la voluntad de Dios. Es imposible para el hombre natural, pero posible para el hijo verdadero de Dios. Este ejercicio de piedad sobrenatural nos hace fuertes y rocosos, con fundamento firme y hace que el enemigo tenga miedo de los justos.
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